-Para decir lo que uno piensa, ¿es mejor esperar 40 años?
-Hay que ser prudente, pero en ocasiones hay que decir lo que se piensa sin esperar 40 años y uno queda satisfecho; sin embargo, pasado ese tiempo uno no tiene tantos compromiso y más libertad para decir lo que piensa.
-Por tanto, ¿es recomendable esperar a viejo para ser excéntrico o es mejor empezar joven?
-No es recomendable esperar a viejo para hacer ciertas excentricidades, a riesgo, claro, de que te tachen de excéntrico, pero puede que sea saludable que uno se exprese libremente.
-¿Ha dejado muchos cadáveres por el camino?, metafóricamente hablando, se sobreentiende.
-No está en mi forma de ser dejar cadáveres (metafóricamente hablando claro) por el camino, no soy vengativo ni rencoroso. ¿Algún tocado? Quizá.
-En 40 años se pueden sacar muchas conclusiones que sería bueno compartir. Por ejemplo, ¿es mejor que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda?
-En contadas ocasiones sería bueno que la mano derecha no supiera lo que hace la izquierda, pero con un control. Siempre tienen que estar coordinadas porque si no en la cabeza se produciría el caos.
-En tanto tiempo ¿uno se encuentra más gente honrada que corrupta o al revés?
-Después de tantos años de servicio uno comprueba que hay mucha más gente honrada que corrupta. Como policía puedo afirmar que, en general, la gente es buena por naturaleza. Por lo menos yo la veo así.
-En tantos años, unos de jefe, otros de mandado, ¿se acaba pensando que es mejor una cosa o la otra, o que todo depende?
-¿Que qué es mejor, mandar o ser mandado? Todo depende, las situaciones son distintas. Cuando uno es mandado es joven y le falta experiencia, pero tiene la ilusión del trabajo aunque sea dirigido. Cuando uno manda a veces piensa que es peor, ya que es más complicado y, naturalmente, le pesan más responsabilidades, pero conlleva otras satisfacciones. De todas formas, la clave del éxito radica en valorar las cosas cotidianas de la vida y realizarlas con toda normalidad, seas mando o mandado.
-En cuatro décadas de policía ya habrá quitado alguna multa que otra a un amigo...
-La policía no puede quitar multas porque no las pone, se limita a denunciar los hechos ante las autoridades.
-Sólo si usted quiere: los políticos ¿ayudan más que desayudan o al revés?
-[Silencio].
-En muy pocas palabras, ¿cómo era la ciudad cuándo usted llegó y cómo es ahora?
-Cuando llegué a Eivissa la ciudad era muy distinta, más tranquila y acogedora, todos se conocían y había muy pocos delitos y de escasa entidad. Los problemas se solucionaban casi sobre la marcha. Ahora es más cosmopolita pero a la vez mas desangelada. Hay mayor nivel de vida, mayor progreso, pero también más delincuencia y más complicada. No obstante, nos mantenemos dentro de unos parámetros aceptables e incluso buenos.
-Las quejas de los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía en Eivissa son constantes y todos sabemos que tienen sus razones. ¿Qué pasa en Eivissa?
-Los sindicatos policiales, como todos, siempre exigen, pero solo uno incide más que los otros y no quiere decir que tenga razón en todo. Antes de la reforma y del traslado del antiguo edificio las críticas estaban justificadas, ahora no tanto, y el clima laboral en la Comisaría es bueno. La problemática de la Comisaría de Eivissa no es distinta de las del resto de España de su categoría. Existen los mismos problemas o menos. Por ejemplo, en cuanto a personal es una de las mejor dotadas, incluso mejor que varias capitales de provincia atendiendo a demografía y extensión municipal. El punto negro es la falta de vehículos, la mayoría muy antiguos, pero no la falta de material. No ha faltado nunca lo necesario para desarrollar el trabajo de forma digna.
-¿Hasta qué punto es importante que la plantilla de Comisaría sea estable?
-Es fundamental una plantilla estable, ya que la eficacia en la seguridad viene dada por el conocimiento de la ciudad, su problemática y, en definitiva, la experiencia. La inestabilidad se va corrigiendo poco a poco, ya que últimamente están ingresando en el CNP jóvenes ibicencos. Hoy es difícil conseguir una plantilla estable en un alto porcentaje.
-Diga lo que hace falta para que la plantilla se estabilice.
-En primer lugar, hay que lograr que el personal sea oriundo; después, obtener incentivos de distinto tipo para que otros funcionarios se queden en la isla, como más baremación o catalogación de la ciudad como zona conflictiva, que conlleva otros beneficios, como ya lo tienen otras ciudades. Hoy por hoy, obtener un mayor incentivo de insularidad es muy complicado y difícil. Esta petición no es nueva, ya lo pedíamos nosotros en los años 80 desde la primera asociación profesional de Policía.
-Se va antes de que nazca la criatura..., ¿le da pena no disfrutarla?
-Sí, me voy antes de que nazca pero con la satisfacción de dejar en herencia un proyecto emblemático que pronto será realidad, muy moderno y funcional, dotado de toda tecnología moderna. He padecido las penurias del anterior edificio y he luchado mucho porque se construyera uno nuevo y, a pesar de las dificultades, ahí está, por lo que estoy contento y que todos la disfrutemos.