Un conductor de nacionalidad británica de 34 años de edad se dio a la fuga cuando ayer, sobre las 7,20 horas de la mañana, se topó con un control de alcoholemia señalizado de la Guardia Civil de Tráfico. El control estaba situado en la rotonda de sa Casilla en dirección a Sant Antoni. Lejos de detenerse, explicaron desde la Comandancia, aumentó la velocidad y se dio a la fuga, por lo que se estableció un dispositivo de localización. Fue encontrado en la carretera que enlaza la autovía de Sant Antoni y la vía de Sant Josep, a la altura de ses Païsses. En el coche, además del conductor, viajaba otro hombre en el asiento del acompañante.
Allí se le dio de nuevo el alto, pero giró en dirección contraria y huyó otra vez. Avanzó dos rotondas en dirección contraria, de forma que obligó a varios conductores a orillarse para no chocar con él. Chocó y derribó una señal de tráfico.
Se estableció un segundo dispositivo de localización y se dio con él en la playa de s'Arenal. Allí, acorralado, el conductor salió del coche, un Ford Focus de alquiler, y no se entregó a los agentes, sino que se lanzó al mar. Hubo que avisar a los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas), que rescataron al británico y lo pusieron en manos de Tráfico. Se negó a 'soplar'. El acompañante se dio a la fuga y por el momento no se le ha localizado.
Acusado por seis delitos
Se calcula que el turista pasará dos noches en el calabozo mientras los agentes de la Guardia Civil Tráfico realizan el atestado. Lo que podría haberse saldado con una simple denuncia, se ha convertido en una acusación por seis delitos: atentado a la autoridad, desobediencia, negativa a someterse a la prueba de la alcoholemia, daños, conducción temeraria y desprecio hacia la vida de las personas.