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El portero buscado por matar a un camarero llegó a Eivissa con nombre falso

El sospechoso junto con su novia, también desaparecida y buscada por los investigadores.

| Sant Josep |

El miembro del equipo de seguridad del Ushuaïa Ibiza Beach Hotel que el 19 de agosto asestó un fortísmo puñetazo en la mandíbula al camarero del mismo club Abel Ureña Zafra, que murió tras dos semanas en la UCI de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, llegó a España con identidad y nacionalidad falsas. Se presentó con un documento de identidad portugués falsificado con el que obtuvo un NIE español legal con el nombre de Jose Sousa Pereira, pero ni se llama así ni es esa su nacionalidad, aseguraron ayer fuentes.

La principal sospecha es que se trate de un brasiñelo tal vez con antecedentes penales, motivo por el que habría optado por entrar en España con nombre falso.

La Guardia Civil está buscando a este hombre desde la misma noche de los hechos. Al parecer, los agentes hablaron con él por teléfono y el conminaron a entrgarse en el cuartel al día siguiente, lo cual no ocurrió. Más bien al contrario, se sospecha que abandonó la isla el mismo día 20 de agosto en barco. El vehículo que conducía habitualmente en la isla, un Hummer, quedó estacionado en el aeropuerto de Eivissa, según varias fuentes. Desde entonces son más las habladurías que los hechos contrastados. La realidad es que por el momento no está detenido y se elucubra entre los sitios más dispares para ubicar su paradero.

Por otra parte, anteayer se realizó la autopsia al cuerpo de Abel Ureña, que tenía 29 años, y esta semana será enterrado en la localidad catalana de Rubí.

La novia del sospechoso también está buscada por la Guardia Civil

La Guardia Civil también busca a la novia del exmiembro del equipo de seguridad del Ushuaïa, que podría encontrarse con él y en el caso de que hubiera colaborado en la huida del sospechoso podría ser acusada por encubrimiento. La Guardia Civil ha dictado ya una eurorden de detención contra este hombre, que golpeó al camarero por un «asunto personal y nunca profesional», según la empresa Fiesta Hotel.

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