El portugués Paulo Cesar Baptista llegó ayer a Madrid procedente de Amsterdam y el viernes tiene una cita a las diez de la mañana en los Juzgados de Eivissa para ser interrogado por la muerte de Abel Ureña.
Después de tres meses prófugo, fue detenido el 19 de noviembre en Países Bajos y, una vez acordada su extradición a España, la policía holandesa lo custodió ayer hasta la capital española.
A lo largo de esta semana agentes de la Guardia Civil lo conducirán al Centro Penitenciario de Eivissa, donde aguardará la hora de ser puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Eivissa.
Paulo Cesar Baptista fue contratado en Eivissa como miembro del equipo de seguridad del Ushuaïa Beach Club. Baptista había conseguido un NIE legal con nombre falso. Figuraba como José Pereira Sousa. El 19 de agosto mantuvo un diferendo con el camarero del mismo club Abel Ureña. Le asestó dos puñetazos, el último de los cuales resultó mortal. Las cámaras de seguridad del Ushuaïa Beach Club registraron ambas agresiones y la grabación está en poder del juzgado. Ureña quedó en coma y falleció un mes después.
La huida
El portugués huyó antes de que llegara la Guardia Civil al lugar de los hechos. Los investigadores lograron seguir su rastro hasta que, finalmente, comprobaron que se asentaba en una localidad cercana a Amsterdam. Fue detenido por las fuerzas especiales holandesas.
Tras la agresión, las autoridades españolas descubrieron que el portero estaba en España con nombre falso porque estaba siendo buscado por la Justicia portuguesa. Baptista había sido juzgado y condenado a varios años de cárcel por su pertenencia a un grupo luso denominado la Mafia da Noite dedicado, presuntamente, a negocios relativos relacionados con la prostitución.
Una vez detenido en Holanda Baptista no se negó a ser extraditado a España antes que a Portugal. Aquí, por la muerte de Abel Ureña, que tenía 28 años de edad cuando falleció el 19 de septiembre, podría ser acusado por asesinato.