Un Opel Corsa blanco conducido por un hombre joven con gorra ha sido durante los últimos cinco años una de las pistas claves que ha seguido la Guardia Civil para esclarecer la la desaparición del niño Yéremi Vargas en la localidad grancanaria de Vecindario, ocurrida el 10 de marzo de 2007.
La Guardia Civil ha hecho públicas hoy algunas de las principales vías de investigación que ha mantenido desde la desaparición del menor, que entonces tenía 7 años, para tratar de reactivar el caso y solicitar la colaboración ciudadana.
No se trata de indicios nuevos, sino de las pistas más sólidas sobre la desaparición y que el instituto armado había preferido mantener en secreto hasta ahora para no enturbiar la investigación.
Además del Opel Corsa, que varios testigos sitúan en el descampado en el que jugaba Yéremi con sus primos a la misma hora en la que desapareció, el instituto armado ha informado hoy de la ropa que llevaba el niño y que no había difundido hasta hoy.
El menor vestía un pantalón pirata beige caqui, un jersey color teja con letras en color naranja, zapatillas deportivas color blanco y dorado, y gafas graduadas de montura cuadrada y color azul, con las patillas amarillas.
Yéremi tiene además una mancha de nacimiento en el pecho, justo debajo de la clavícula derecha.
Los investigadores también han seguido la pista de un segundo vehículo, un Renault Clio de color negro, que estuvo merodeando en la zona en aquellos días, aunque se trata de un indicio mucho menos sólido.
Otro de los coches que levantaron los recelos de los testigos es otro Opel Corsa modelo GSI que también pudo verse en el barrio en actitud sospechosa.
El mayor problema al que se ha enfrentado la Guardia Civil es el gran número de vehículos de esos dos modelos que circulan por Gran Canaria.
En concreto, del Opel Corsa, tipo B, de formas redondeadas, había en aquellos años cerca de 30.000 unidades en Canarias, ya que era uno de los vehículos estándar de las flotas de alquiler en las islas, aunque las pesquisas se han centrado en los propietarios de unos 2.000 coches.
A ello se suma que el día que desapareció Yéremi se celebraba el Carnaval por lo que eran muchos los turistas que se encontraban de visita en Gran Canaria.
En rueda de prensa, el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) Manuel Llamas ha reconocido que el principal móvil con el que han trabajado los investigadores desde el primer día ha sido de tipo sexual, aunque nunca se ha descartado un accidente, un secuestro, el tráfico de órganos o incluso una venganza a la familia.
De hecho, en estos cinco años, la Guardia Civil ha investigado sin éxito a 195 personas con antecedentes por delitos sexuales, entre los que se encuentran ciudadanos extranjeros, en su mayoría británicos, y reclusos que estaban de permiso.
En esta tarea, los investigadores han contado con la información facilitada por Interpol, el FBI, el SOCA británico y los Carabinieri italianos, entre otras fuerzas de seguridad.
A preguntas de los informadores, el teniente coronel Llamas tampoco ha descartado que el niño fuera secuestrado y sacado de la isla, aunque no cree que fuera posible en las semanas inmediatamente posteriores a su desaparición, en las que se puso en marcha una «operación jaula» en puertos y aeropuertos.
Llamas ha justificado que se hayan hecho públicos estos datos ahora y no hace cinco años en la necesidad de reactivar el caso y «estimular» la sensibilidad de la opinión pública para que la desaparición de Yéremi no caiga en el olvido.
Cualquier ciudadano que crea que puede aportar nuevas pistas sobre el caso puede hacerlo a través del número de teléfono 900 30 00 62 y la dirección de correo ucojeremivargas@guardiacivil.org.
La Guardia Civil también ha creado una web específica y ha editado un vídeo con todos los detalles sobre la desaparición del menor, hace ahora cinco años.