«Yo soy inocente». Con estas palabras comenzó ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa la vista contra R.S.F.F. por un presunto delito contra la salud pública en su modalidad de tráfico de hachís. R.S.F.F. trabajaba como aparcacoches, es decir, lo que vulgarmente se conoce como ‘gorrilla' en uno de los estacionamientos de tierra que había en las inmediaciones de la vieja plaza de toros de Vila, un lugar bautizado popularmente como ‘yonkie park'.
Fue arrestado en la noche del 17 de julio de 2010 por agentes de la Policía Local de Vila de paisano que, presuntamente, le sorprendieron ofreciendo hachís a un grupo de turistas.
«Yo soy consumidor de hachís y lo que llevaba era para mi propio consumo, lo llevaba descuartizado para administrarme mejor y para invitar a mis amigos; tenía 25 gramos, pero yo nunca me he dedicado a la venta, sino a aparcar coches», explicó el acusado a la juez. Los dos policías locales declararon que vieron al hombre ofrecer hachís a los turistas y que cuando se identificaron como agentes arrojó al suelo la droga. En el juicio, el acusado dijo que lo hizo para que no se lo encontrasen.
Dinero
En cuanto a los 180 euros fraccionados en billetes de cinco, diez y veinte euros que los agentes encontraron al detenido, este dijo que se los acababa de entregar su abuela. Por su parte, el representante del ministerio público no creyó en las palabras del acusado y mantuvo la petición de un año y medio de cárcel.
La defensa, que preguntó por qué no se había citado a declarar a los turistas a los que, supuestamente, había ofrecido droga, pidió la absolución de su defendido.