En lo que va de año casi una treintena de personas se han precipitado desde los hoteles de Balears y cuatro de ellas han muerto en estas caídas, que incluyen la práctica conocida como «balconing»: el dolor de cabeza veraniego para el sector turístico de las islas y para las autoridades británicas.
El «balconing» se define como una práctica que consiste en saltar entre balcones de hoteles o directamente a la piscina, que se viene produciendo de forma habitual en los veranos desde hace unos años, especialmente en las zonas turísticas de Mallorca y Eivissa, y en las que suelen estar involucrados jóvenes europeos, en particular ingleses.
El Servicio de Emergencias de Islas Balears 112 ha contabilizado -hasta el 21 de agosto de este año- 28 casos de precipitaciones en los hoteles de las islas, de los que 19 se han producido en Mallorca, 7 en Eivissa y 2 en Menorca.
Los meses más «prolíficos» han sido junio y julio, con ocho casos cada uno, seguido de agosto -mes de vacaciones por excelencia- que ya aporta seis sucesos; y de mayo, en que se reportaron cinco caídas desde hoteles.
Los registros se refieren a todo tipo de precipitaciones ocurridas en los establecimientos hoteleros; es decir, a los casos de «balconing» y a los que se consideran caídas accidentales.
Calviá lidera el ranking
La mitad de las precipitaciones han ocurrido en el municipio mallorquín de Calviá, destino preferido por jóvenes turistas por sus famosas fiestas, en las que el alcohol y otras drogas son los principales invitados.
El fenómeno es un dolor de cabeza para el sector turístico, en especial para los hoteleros, que ven cómo la imagen de sus establecimientos se ve afectada por este tipo de sucesos, a pesar de que cumplen, han dicho, con todas las medidas de seguridad que la normativa vigente les exige.
La gerente de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), Inmaculada Benito, ha resaltado que el sector «cuida de forma especial no solo las leyes, sino también las medidas preventivas e informativas adicionales».
En el concepto de prevención trabaja el Gobierno británico, que ha lanzado por segundo año consecutivo una campaña informativa para evitar los incidentes relacionados con balcones en los hoteles entre sus turistas más jóvenes, de 18 a 35 años.
Según las estadísticas de las autoridades británicas, diez de sus ciudadanos han sufrido algún accidente que involucra balcones en establecimientos hoteleros de Mallorca y Eivissa.
En total, catorce ingleses han estado relacionados con casos de «balconing» fuera de su país en lo que va de 2012, según fuentes de la Embajada británica, que ha advertido de un repunte este año, ya que este número supera los registrados en 2011, año en que se contabilizaron nueve. De los catorce, tres han muerto.
Estas cifras no están muy alejadas de las recogidas por el 112: de los 28 precipitados, seis fueron identificados como ingleses.
El caso de Evans
Por esta razón, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico y la asociación de agencias de viajes, ABTA, han puesto en marcha esta campaña informativa, que incluye el testimonio real de un superviviente a una caída desde un balcón de un hotel de Magaluf durante sus vacaciones el año pasado.
Los folletos turísticos de ABTA incluyen una foto y la historia real del joven de Liverpool Jake Evans, de 19 años, que también aparece en un vídeo colgado en la web de la Foreign Office.
Evans cuenta en el vídeo cómo, con unas copas de más, desde la habitación de una amiga en un hotel de Mallorca, pidió prestado a otros turistas que estaban alojados dos plantas más abajo un encendedor. Al intentar atrapar, cayó siete pisos, lo que le ocasionó múltiples fracturas.
«Sé que soy afortunado por estar vivo, pero este accidente ha cambiado mi vida», relata el joven.