Dos peritos de Toxicología han declarado hoy en el juicio contra José Ortega Cano por un accidente mortal que su tasa de alcoholemia de 1,26 gramos por litro de sangre, el triple de lo autorizado, se midió casi tres horas después del siniestro, por lo que debió consumir un cantidad «considerable» de alcohol.
En la cuarta jornada del juicio, los dos peritos han dicho que, al extraerle sangre en el hospital, la concentración de alcohol estaba ya en proceso de eliminación, por lo que en el momento del accidente debió ser mucho mas elevada.
El torero tuvo que beber una cantidad «considerable», han dicho las peritos, y han descartado que esa tasa fuese fruto de una sola copa de cava, pues el acusado solo reconoció que se mojó los labios con esta bebida.
Han aportado las tablas periciales según las cuales un hombre de las características del acusado arrojaría 0,47 gramos de alcohol por litro de sangre con tres copas de cava.
También han considerado «imperceptible» la hipotética aportación a la muestra analizada por la desinfección con alcohol de la zona de extracción de sangre.
Hoy también ha declarado el director de Hematología del hospital Virgen Macarena de Sevilla, donde quedó ingresado Ortega Cano, quien ha asegurado que la sangre que se extrajo con fines terapéuticos, para las pruebas destinadas a las posteriores transfusiones, se guardó en un frigorífico al que sólo tiene acceso su personal.
Este médico ha asegurado que el tubo de ensayo «no se desprecintó en ningún momento».