La antropóloga forense de la Policía Nacional Josefina Lamas, que emitió el primer informe pericial (noviembre de 2011) en el caso Bretón sobre los restos óseos hallados en la hoguera de la finca de Las Quemadillas, ha reiterado en el juicio que se equivocó en primer lugar al atribuir los huesos encontrados a animales, tal y como ya reconoció en un segundo informe en septiembre de 2012.
Por su parte, el antropólogo forense Francisco Etxebarría, principal detractor de la versión original de Lamas, ha declarado ante el juez, con el apoyo de material fotográfico, que en la hoguera se quemaron los «cuerpos» de dos niños.
Lamas ha confirmado el origen humano de las muestras en la Audiencia Provincial de Córdoba, donde se juzga a José Bretón, acusado del asesinato de sus hijos Ruth (seis años) y José (dos años) en octubre de 2011. Ha aclarado que rectificó su dictamen tras ver el informe pericial del antropólogo forense Francisco Etexeberría, emitido en agosto de 2012, que confirmaba por primera vez, y en contra de la versión oficial, que los restos encontrados pertenecían a personas.
La forense ha explicado que, tras ver una de las fotografías de los huesos realizadas por Etxeberría, se «iluminó» y llegó a la conclusión de que se había equivocado, pues «los restos eran de naturaleza humana». Sin embargo, ha subrayado que también había restos óseos de «pequeños animales», que se quemaron estando ya «descarnados y secos», mientras que los restos óseos humanos «eran frescos».
Además, se ha defendido alegando que habría obtenido resultados mucho más precisos de haber analizado los restos en Madrid en lugar de en Córdoba, gracias a una mayor dotación de medios y a la ayuda de otros profesionales.
Junto a ello, Lamas ha dicho que la hoguera había sido manipulada cuando ella llegó a la finca por primera vez, en comparación con las imágenes de la hoguera tomadas por la Policía anteriormente, pues había «una serie de elementos que no estaban en el mismo lugar» y, además, varios policías le dijeron que la hoguera «había sido removida».
Etxeberría defiende que los restos de la hoguera son de niños
El antropólogo forense Francisco Etxeberría, usando una presentación en 'power point', ha defendido que los restos óseos que se hallaron en la hoguera de la finca de Las Quemadillas son humanos y se corresponden con los de dos niños, de la edad de los hijos del acusado.
De este modo, mostrando al jurado fotografías de los restos óseos que él examinó y fotografió el pasado 14 de agosto de 2012 en la comisaría madrileña donde se custodiaban, Etxeberría ha dicho que, al comparar la morfología de huesos de niños de la misma edad de Ruth y José con los que él estudió, la conclusión es inequívoca: son humanos. Además, por la segmentación y fracturas que presentan los huesos, ha deducido que no se quemaron «huesos secos, sino huesos con partes blandas», es de decir, en la hoguera se quemaron «cuerpos» de dos niños.
Etxeberría ha recordado que fue su amigo Luis Alviall quien le facilitó en julio de 2012 un croquis, dibujos e información sobre la hoguera de la finca de Las Quemadillas. Le pidió entonces fotografías, pero al no tenerlas Alviall, el forense escribió a la letrada María del Reposo Carrero, que ejerce la acusación particular en el caso en nombre de la madre de los niños, Ruth Ortiz, y le pidió poder estudiar los restos óseos, ante la duda de que fueran de animales, como se había determinado ya por la antropólogo forense de la Policía Nacional, Josefina Llamas.
La abogada contactó con él y le facilitó informes y fotografías, incluida una de dientes. Su primera impresión fue que eran humanos, algo que luego determinó con el examen directo de los restos. Después de comparar la vértebra humana de un niño con las halladas en la hoguera, su morfología le dejó claro la naturaleza humana de los restos. También encontró parte de un fémur no adulto, además de tres astrágalos y tres huesos petrosos, que han sido claves también para la conclusión de su informe pericial.
Etxeberría no ha visto huesos de animales en la hoguera, y ha declarado que «ninguno de los huesos recuperados tienen morfología» que corresponda con la de animales domésticos.
Por otro lado, Etxebarría ha negado la posibilidad de establecer médicamente la causa de la muerte, debido al estado en el que se encuentran las muestras. No obstante, ha opinado que «nada hay para pensar que ha sido una muerte natural». También descarta las opciones del accidente o del suicidio. Muy al contrario, defiende la hipótesis de «una muerte violenta homicida».
El resto de peritos confirman que los restos son humanos
El resto de peritos que han prestado declaración este miércoles en el juicio, en relación con los informes que emitieron en su día tras examinar los restos óseos de la hoguera, han coincidido en afirmar que tales restos son humanos sin lugar a dudas.
En concreto, el forense José María Bermúdez de Castro ya tuvo la impresión, nada más abrir la caja que contenía los huesos, de que estaba ante restos humanos. Lo confirmó cuando empezó a ver los dientes y también al observar otras muestras «inequívocamente humanas», como partes de un fémur.
Los forenses de la Complutense, por otra parte, han dicho haber examinado restos dentarios de un solo individuo y de unos seis años de edad. Ello se explica porque los dientes de un niño de dos años, que ellos no han visto, «tienen menos estructura mineral que pueda resistir el fuego» y se destruyen «con más facilidad», si bien han precisado que coinciden con los informes de Etxeberría y de Bermúdez de Castro. También los profesionales del Instituto Nacional de Toxicología y de la Asociación de Bioarqueología han ratificado el informe pericial del doctor Etxeberría.