Planificado. La Policía Judicial de la Guardia Civil ha concluido que el asesinato de Andreu Coll Bennàssar fue planeado durante días por su hijo pequeño, Andreu, y por el amigo de éste, Fran, que llegaron a drogar a la víctima. Ayer, los dos jóvenes –de 19 y 20 años– ingresaron en prisión tras declarar ante el juez Juan Manuel Sobrino.
Francisco Abas Rodríguez, el zaragozano al que el joven Andreu había conocido por internet, llevaba un tiempo en la finca de Alaró del empresario. Su presencia había tensado las relaciones paterno-filiales, ya que Andreu Coll Bennàssar era muy estricto y no quería mantener a un amigo de su hijo. Parece ser que los dos chicos dormían juntos y, a este respecto, Andreu hijo ha declarado: «Queríamos estar siempre juntos». Unas declaraciones que vienen a confirmar que entre los dos muchachos existía una estrecha relación, tanto que ante el juez Fran declaró anoche que ayudó a Andreu en sus planes «por amor».
Sin dejar huellas
Otro detalle que revela hasta qué punto los jóvenes habían planeado el crimen es que ayer aseguraron que, una vez cometido el asesinato, ducharon el cadáver para limpiar la sangre de Andreu Coll.
La casa de sa Teulera, en la carretera de Alaró a Santa Maria, fue el escenario elegido para asesinar al acaudalado empresario. El día antes del crimen, el viernes, el industrial fue drogado con pastillas y le golpearon en la cabeza. Se despertó sobresaltado y su hijo y Fran acudieron en su ayuda: él pensó que había sido un sueño y se había caído de la cama. Todo apunta a que los jóvenes le drogaron con pastillas, pero no pudieron ejecutar su plan.
Al día siguiente, en la madrugada del sábado, la pareja lo sorprendió en su cuarto y le golpeó con violencia. El industrial trató de huir, pero en el pasillo y las escaleras siguió la lluvia de golpes, con distintos objetos contundentes. Uno de ellos, una columna de madera, fue hallada ayer en un descampado de Binissalem después de que Andreu señalara el lugar.
La víctima llegó a la sala, donde fue rematado. Luego, limpiaron con lejía las manchas y se llevaron algunos objetos ensangrentados, que tiraron entre Bunyola, Alaró, Inca y Binissalem. La cuestión era no dejar huellas. Con lo que no contaban los dos jóvenes era con la concienzuda investigación del Grupo de Homicidios, que durante diez días tuvo en el punto de mira a Andreu y Fran. Los investigadores han conseguido aclarar un caso muy complejo en muy poco tiempo.
Cuando fue detenido, tras acudir al funeral por su padre, Andreu Coll llevaba encima unos 15.000 euros. En la caja fuerte había unos 300.000 y, tras ser abierta ante notario, se descubrió que faltaban al menos 200.000 euros.
El hermano del detenido, Toni Coll Tur, aseguró ayer a este diario que este extremo era falso, aunque fuentes de la investigación lo confirmaron. Ayer también trascendió que una vez que Andreu, el heredero universal de la fortuna paterna, ha quedado descartado para el testamento, será Margarita, hermana del empresario asesinado, la única beneficiada. Las propiedades y negocios del vecino de Alaró asesinado se estiman en 50 millones de euros.