J. C. T., el joven de 23 años acusado de prender fuego a una vivienda matando a su inquilina en octubre de 2011 fue condenado ayer a diez años y un día de prisión después de que su defensa y todas las acusaciones alcanzaran un acuerdo en la que se le reconoce una eximente incompleta por el grave cuadro psiquiátrico que tenía en esos momentos.
El condenado confesó ante el jurado popular como se desarrollaron los hechos. Aseguró que incendió el sofá de la vivienda y cerró el pestillo de la habitación donde la víctima dormía. «Luego me fui y me quedé en el parque».
Los hechos ocurrieron el 29 de octubre de 2011 en una vivienda de la calle Agapito Llobet de Eivissa. El acusado tenía una habitación alquilada en la casa en la que también vivía alquilada la víctima, una mujer de 43 años de edad. Sobre las tres y media de la tarde cogió un trapo al que prendió fuego y luego lo arrojó al sofá.
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