Agentes de la Policía Nacional han desarticulado, dentro del Plan Policial contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, una organización que presuntamente obligaba a mujeres brasileñas a ejercer la prostitución en Gran Canaria y Barcelona y que contaba con conexiones en Eivissa. Los agentes detuvieron a ocho personas, todas ellas en Gran Canaria, y realizaron cuatro registros domiciliarios, tres de ellos en Las Palmas de Gran Canaria y uno en la Ciudad Condal, en los que se han incautado 7.240 euros en efectivo, varios ordenadores portátiles, teléfonos móviles de última generación y abundante documentación relacionada con los hechos.
El grupo captaba a chicas, con edades comprendidas entre los 18 y 23 años de edad, en su país de origen y las aleccionaba para hacerse pasar por turistas en los cruces de fronteras.
Una vez en España, las mujeres eran trasladadas a alguno de los domicilios que disponía la red y eran explotadas sexualmente bajo un estricto control y medidas de seguridad. Por su parte, la investigación se inició cuando los agentes tuvieron conocimiento que en un domicilio de Las Palmas se estaba ejerciendo la prostitución por parte de chicas de origen brasileño. Las primeras pesquisas confirmaron que las jóvenes habrían accedido al país bajo la falsa apariencia de turistas para después ser explotadas sexualmente. Además, los servicios sexuales de estas mujeres eran ofertados tanto en prensa local como a través de Internet.
Tras diversas gestiones, los investigadores averiguaron que las jóvenes dependían de una organización criminal que, aprovechándose de la situación de necesidad de las mismas en su país de origen, les imponían una deuda económica muy elevada por el viaje.
El grupo sabía que la cuota impuesta no iba a poder ser saldada y por ello las obligaban a ejercer la prostitución bajo un estricto control y medidas de seguridad en varios inmuebles.
El acceso al territorio nacional de las mujeres era diseñado meticulosamente por la organización para evitar que fueran detectadas por las autoridades. El viaje se iniciaba en el país de origen, que en la mayoría de los casos era Brasil y tras varias escalas, algunas de ellas internacionales, llegaban a distintos aeropuertos españoles ubicados en Gran Canaria, Barcelona y Eivissa, desde donde eran trasladadas a alguno de los domicilios de la red.