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La Guardia Civil continúa investigando el caso de envenenamiento de perros

Uno de los perros afectados por el envenenamiento.

| Eivissa |

«Peligro. Han puesto veneno con comida, polvo azul. ¡Cuidado con sus perros!». Es el mensaje que se puede leer, también en inglés, en los carteles que han aparecido en diferentes caminos de las zonas de Can Parentona y Torrent d'en Cala, en Sant Rafel, por los casos de envenenamiento de perros. El suceso ha causado un gran alarmismo entre los vecinos de la localidad que, a través de estos carteles, están intentando alertar a los propietarios de canes para evitar que se produzcan más.

Investigación

De momento no se ha registrado ninguno más y la Guardia Civil continúa investigando para determinar la procedencia del veneno que ha causado las intoxicaciones y dar con los autores de un presunto delito contra los animales.

El veterinario Juan Pereyra, que se encargó de atender los primeros dos casos, aseguró que no han llegado más perros envenenados. «El que puso el veneno se ha debido asustar por todo el follón que se ha montado», afirmó Pereyra, que recordó que no pudieron hacer nada para salvar la vida de Mia, una pastor alemán, pero que el cocker spaniel de pelaje negro, Coco, también afectado, se pudo salvar y ya está en su casa desde el pasado sábado.

Las muestras de la substancia tóxica se enviaron al Instituto de Toxicología, aunque todo apunta a que se utilizó un veneno de color azul conocido como metaldehído, un compuesto químico usado comúnmente como pesticida contra babosas, caracoles y otros gasterópodos.

Además, el hallazgo de nuevos recipientes con una mezcla de carne y tóxicos en zonas públicas de otros puntos de la isla han extendido el nerviosismo y la indignación entre los amantes de los animales.

Otras intoxicaciones

Por otra parte, también se está estudiando la intoxicación de un perro llamado Max, un ejemplar de raza braco y de pelaje castaño, que está siendo atendido por una clínica veterinaria de Sant Rafel. El incidente tuvo lugar en la zona del Polígono de Montecristo y en un principio se pensó que era una intoxicación por abono, pero fue descartado por el veterinario que, por los síntomas, confirmó que se trataba de un envenenamiento. El animal se encuentra en muy mal estado y no come ni bebe desde el sábado, por lo que en caso de no mejorar, están planteando sacrificarlo.

Por otro lado, también ha trascendido a través de las redes sociales la intoxicación de Jak, un pequeño cachorro que perdió la vida tras comer un trozo de bacon mezclado con una substancia nociva en Sant Rafel.

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