Hoy ya es el noveno día que los tres presos españoles en huelga de hambre en el centro penitenciario de La Joya, en Panamá, no prueban bocado. Los encarcelados Manuel Arcos Gimeno, Raúl Gil Molina y el ibicenco Juan José Marí Cabrales, iniciaron esta protesta para pedir su repatriación y denunciar la pasividad de la embajada española respecto a este asunto.
Los tres están cumpliendo condena por tráfico de drogas y piden acabar de cumplirla en España. En su noveno día de huelga de hambre acusan aún más la situación por la falta de agua potable: «Necesitamos agua potable sin fango y que meten en la cisterna sin tratar, suero bebible y frutas, y no drogas y alcohol que es lo único a lo que tenemos acceso», decía el preso Marí Cabrales en unas palabras suyas divulgadas por las redes sociales.
El preso ibicenco lleva desde 2012 esperando una operación relativamente sencilla para sacarse una hernia, «pero con el paso del tiempo la hernia ha ido creciendo y ahora puede peligrar su vida si no hacen nada» contaba Mónica Carrizo, una amiga del preso. Es por este motivo que piden que regrese a España para poder ser operado ya que «el sistema sanitario panameño está colapsado», además, «para pedir una cita con el director han de pagar 15 dólares y el agua potable también se compra», explicó.
Carrizo ha denunciado ante el Ministerio de Exteriores la pasividad de las autoridades consulares españolas en Panamá, «se trata de un caso claro de negligencia por parte de nuestros equipos consulares», dijo. Marí ya ha cumplido cuatro años de los cinco de condena aunque una apelación del fiscal ha hecho que su proceso se haya paralizado. Ahora están a la espera de ver los frutos de la reunión mantenida el pasado viernes con el personal de la oficina consular de la Embajada española en Panamá, el delegado de Asuntos Exteriores y la Defensora del Pueblo de Panamá.