El presunto asesino de dos jóvenes de Cuenca, Sergio Morate, ha declarado este lunes en la vista sobre su extradición ante la Corte de Apelación de Timisioara (Rumanía) que no quiere volver a España «porque teme por su vida». No obstante, no se ha opuesto a que las autoridades rumanas entreguen a las españolas sus bienes personales, entre ellos su teléfono móvil, su ropa y su coche Seat Ibiza verde con el que se desplazó desde España hasta la localidad de Lugoj, donde fue detenido.
En declaraciones a Europa Press, la fiscal encargada del caso Violeta Filip, ha dicho que ha visto a Morate «muy tranquilo» y que ha hablado «muy poco». Tan solo un par de ocasiones, en español, para decir que «teme por su vida» y que «no quiere volver a España», al tiempo que ha mantenido su primera declaración en la que se declaró inocente del doble asesinato de su ex novia Marina Okarynska y la amiga de ésta, Laura del Hoyo.
PIDE AMPLIAR 30 DÍAS SU PRISIÓN PROVISIONAL
La fiscal Filip ha pedido al juez que acepte la petición de extradición solicitada por España y mientras se tramita esta petición ha pedido que se amplíe la situación de prisión provisional de Morate durante 30 días más. La representante del Ministerio Público ha solicitado también la entrega de sus bienes a España basándose en todo momento en los términos de la Orden Europea de Detención y Entrega dictada por España.
La vista ha durado apenas media hora. Morate ha llegado al juzgado en un furgón de la Policía y escoltado por un gran número de agentes armados, con casco y chalecos antibalas. El presunto asesino ha estado asistido por su abogada Claudia Candea y vestía un pantalón vaquero, una camiseta negra y una gorra.
La abogada de Morate, Claudia Candea, ha afirmado en declaraciones a Antena 3 que su cliente piensa que «no va a tener un juicio justo en España» y que «no hay suficientes pruebas de su culpabilidad».
El juez ha anunciado que dará a conocer su decisión a las 12.30 horas (13.30 en Rumanía). En caso de que acuerde la extradición como le pide la Fiscalía, Morate podría aún recurrir ante la Corte de Bucarest, máxima institución judicial.