«Afortunadamente no ha habido que lamentar ninguna tragedia. Los daños se pueden arreglar, pero si llega a coger una persona dentro...» Resignado ante el estado en que había quedado la casa donde vive, pero consciente de que podría «haber sido peor». Así se mostraba Manuel Osuna apenas media hora después de que los bomberos extinguiesen el incendio que causó grandes daños en el salón del apartamento, cubierto por un manto de hollín.
El incendio se desencadenaba minutos después de las 12 del mediodía en un segundo piso del número 1 de la calle Galicia de Vila.
Los vecinos daban la voz de alarma al ver el humo que salía por la puerta y las ventanas. En cuestión de minutos llegaban agentes de la Policía Local que procedían a desalojar a los vecinos que había en ese momento en el inmueble. Poco después llegaba una dotación de bomberos: un cabo y cuatro efectivos.
Manuel Osuna señaló a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que la rápida actuación de Bomberos y Policía Local evitó males mayores. «Cuando yo llegué ya estaba todo controlado», indicó Manuel, quien explicó que por la mañana había dejado todos los electrodomésticos apagados. «Me llamó el propietario de la vivienda y vine corriendo. Cuando vi la destroza me llevé las manos a la cabeza, pero después me di cuenta de lo que podía haber pasado... Gracias a Dios, ha quedado todo en un gran sobresalto», dijo.
Los vecinos de la zona también subrayaban la rápida actuación de los efectivos desplazados.
Todo apunta a que el origen del incendio sería un cortocircuito en el termo eléctrico.
Los bomberos explicaron que, afortunadamente, el incendio todavía no había hecho mucha llama cuando irrumpieron en la vivienda.
Rápidamente apagaron las llamas que afectaron especialmente el techo del inmueble y el mobiliario que había en el salón principal.