A la carrera y con las manos en la caja. Así capturaron ayer dos agentes de la patrulla de medio ambiente de la Policía Local de Vila a un joven que huía con una caja registradora tras reventar un establecimiento de la calle Jaime I. El detenido, que se daba a la fuga junto a una chica, es el hijo de ‘La Rula', una histórica narcotraficante de Sa Penya, señalaron fuentes policiales.
Eran las 7.15 de la mañana cuando la patrulla de agentes que circulaban en un coche camuflado observaron a un joven que se movía de forma sospechosa. El hombre escondía algo bajo un pareo. Le acompañaba una joven.
La patrulla les dio el alto y la respuesta de la pareja fue salir corriendo. No obstante, los agentes lograron alcanzarlos pocos metros más allá. En el registro comprobaron que el bulto que escondía el hombre era una caja registradora cargada con monedas, más de 100 euros.
La interceptación se produjo a escasos 20 metros de la puerta de la sidrería Sa Poma. Los agentes observaron que una de las entradas estaba forzada. Al entrar comprobaron que faltaba la parte de la caja que llevaba la pareja detenida.
Los agentes reclamaron el apoyo de otra pareja de la Policía Local para realizar el traslado de los detenidos a la Comisaría de la Policía Nacional de Vila.
Un delincuente habitual
El varón detenido es un viejo conocido de la policía con numerosos antecedentes, también familiares, ya que se trata del hijo mayor de ‘La Rula', la histórica vecina de Sa Penya dedicada al narcotráfico.
En torno a las 10 de la mañana, agentes de la científica de la Policía Nacional tomaban muestras en el interior del local reventado. Los agentes investigan posibles conexiones entre este robo y otros hechos similares ocurridos en locales próximos en las últimas semanas.
Antonio, uno de los socios del establecimiento, señaló al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que ya es el tercer robo que sufren en 9 meses que llevan establecidos. Recordó que en el primer asalto utilizaron un bolardo para forzar la puerta y llevarse unos 500 euros. Tras ese primer robo pusieron la alarma. «Da mucha rabia estar trabajando todo el día para que después vengan, te hagan un destrozo y se lleven las ganancias», lamentó.