Tener cerca a la artista plástica Teresa Matilla es lo mismo que verse inmerso en un huracán. Ni el cáncer que padeció el año pasado ni los tratamientos a los que se tuvo que someter para recuperarse han mermado un ápice sus enormes ganas de crear y de vivir.
Así lo demuestra en una exposición en la Sala Municipal del Ajuntament Vell de Sant Francesc Xavier, titulada Deconstrucción, y en la que vuelve a sus raíces más profundas: el uso del azul en todas sus gamas y el mar de Formentera como escenario en una serie de lienzos rotos que se convierten en velas latinas o en faros que guían, siempre con un mensaje esperanzador.
«Deshago el formato plano recortando el lienzo y otorgo a los elementos, en esta ocasión figurativos, volúmenes cóncavos y convexos como parte fundamental de un proceso escultórico», apunta Matilla.
«En este tiempo en que las tempestades sacudieron mi cuerpo y mi alma, anclada en la isla en la que tanto he vivido, la pena negra quiso apoderarse de mí; pero la vela latina de mi barca impidió que zozobrase en el mar del desaliento retornándome a mi hogar, que soy yo misma», reza un texto escrito por la pintora que acompaña la muestra.
La artista, una de las pioneras en utilizar materiales de desecho en sus obras, vuelve a hacer gala de ese drap art, con piezas en las que los libros, tratados con diferentes materiales, se convierten en esculturas; pies de copas de vidrio que pasan a ser la luz de un faro o trozos de metal que nos devuelven la erosión que provoca el salitre con el paso del tiempo.
La muestra va acompañada de textos del poeta Marià Villangómez, a quien Matilla define como «el partero de este alumbramiento con su obra Vuit vents».
La exposición estará abierta al público de lunes a sábado de 10.30 a 14.00 y de 18.00 a 22.00 horas hasta el día 26 de septiembre.