En ocasiones parece que la crueldad humana no tiene límites. Esta triste historia tiene como protagonista al recientemente bautizado como Peluche, un perro de raza Cohw-chow de 8 años negro como la noche que ha perdido la vista como consecuencia de una enfermedad genética. Además, por su condición no es posible una operación que resuelva el problema.
Ante este panorama su antiguo dueño no quiso, o no supo, hacerse cargo de él y pensó en sacrificarlo. Afortunadamente, una de las protectoras de la isla, la asociación Ibiza4patas, pudo rescatarlo y hace un mes que su presidente, el italiano Giuseppe Guastella, se ha hecho cargo de él hasta poder encontrarle una segunda oportunidad.
«Peluche es un perro sano, no tiene leishmaniosis ni nada, salvo que es ciego», comenta Guastella a este periódico.
Peluche lleva desde entonces en las instalaciones de Ibiza4patas pero encontrarle un nuevo hogar se ha vuelto una prioridad debido a que «se va chocando con árboles, piedras y los demás perros con los que convive», lo que le genera nerviosismo. Según Guastella es cariñoso, noble, dulce y muy sociable con los casi 30 perros con los que comparte sus días, pero por su salud necesita una familia donde pueda vivir sin problemas con su ceguera. Lo ideal sería que este nuevo hogar cumpliera con los requisitos de ser una casa de campo, estar vallada y si tuviera piscina la misma debería estar cercada. Si tuvieran otro perro podría servirle de guía, por ejemplo, pero no es necesario.
Sin embargo, lo mas importante es que quien quiera que Peluche forme parte de su familia esté dispuesto a ofrecerle «mucho amor» ya que él no se merece pasar por otra dolorosa situación de abandono. Aquellos que se encuentren interesados en darle una segunda oportunidad en la que poder volver a confiar en el género humano pueden contactar con el presidente de esta asociación en el número 665023510.