El príncipe Alberto II de Mónaco invitará a 4.000 personas a su boda con Charlene Wittstock el próximo 2 de julio, más del doble que el británico príncipe Guillermo en su reciente matrimonio con Catalina Middleton, a la que asistieron 1.900 invitados en la catedral de Westminster.
La Oficina de Turismo del Principado de Mónaco anunció hoy en una rueda de prensa en Múnich que a los esponsales serán invitadas las distintas casas reales, aunque no quiso dar detalles sobre quien figurará en la lista de 4.000 invitados, que se hará pública a mediados de junio.
La ceremonia religiosa católico-romana en el patio de honores del palacio del principado será oficiada por el Arzobispo de Mónaco. monseñor Bernard Barsi, y a su término la pareja dará una vuelta en un automóvil híbrido por las calles monegascas para saludar a su pueblo.
Alberto de Mónaco, de 53 años, y Charlene Wittstock, de 33 años, harán una parada en la iglesia Sainte Dévote, donde la novia ofrecerá su ramo de boda y acudirá seguidamente al edificio de la ópera, donde tendrá lugar el banquete nupcial.
Michel Bouquier, director de la Oficina de Turismo de Mónaco, explicó que el príncipe desea «compartir ese día con la población y sus visitantes» y aseguró que Montecarlo se convertirá ese día en «la capital del romanticismo», a la que espera acudan numerosos turistas.
Tras explicar que mas de un centenar de personas se ocupan desde hace meses de los preparativos de la boda, Bouquier señaló que su oficina espera que acudan mas de 200.000 personas al principado para participar en los festejos.
«Estamos preparados y sabemos cómo festejar», dijo el máximo responsable del turismo en Mónaco, quien comentó que habrá conciertos callejeros y pantallas gigantes para ver la ceremonia en directo, mientras los hoteles y establecimientos de hostelería están ya preparados para la ocasión.
Sin embargo y a diferencia con Gran Bretaña, Bouquier subrayó que no se comercializarán recuerdos del evento como tazas, platos y otros objetos con las imágenes de la pareja, aunque comentó que se han suscrito sendos contratos publicitarios con la marca del automóvil híbrido y el fabricante de la estilográfica que usarán para sellar su matrimonio Alberto y Charlene.
Finalmente reveló que la ceremonia civil tendrá lugar un día antes de la boda religiosa en la sala del trono del palacio en un círculo familiar reducido y será presidida por el presidente del Consejo de Estado y ministro de Justicia, Philippe Narmino.
Ya después de esa ceremonia la pareja se mostrará al pueblo desde el balcón principal del palacio, en el que se espera se den el obligado y esperado ósculo.
Y a diferencia del secretismo británico tras la boda de Guillermo y Cayalina, Bouquier no tuvo reparos en revelar que Alberto y Charlene irán de viaje de novios a Sudáfrica, el país de origen de la nueva princesa.