Adara Molinero ha comunicado a través de una publicación en su cuenta de Instagram (@adara_molinero) que deja definitivamente los realities. Lo hace después de casi diez años participando, colaborando y comentando algunos de los formatos más conocidos de la televisión española.
Su historia con este tipo de programas comenzó en 2016, cuando entró en Gran Hermano como concursante anónima. Allí se dio a conocer gracias a su carácter espontáneo y a la intensidad con la que vivió la experiencia. Aunque no ganó, llegó lejos y se convirtió en uno de los rostros más recordados de aquella edición.
En 2019 regresó a la casa de Guadalix de la Sierra, esta vez en Gran Hermano VIP 7, y lo hizo ya como un nombre destacado dentro del universo de los realities. Aquella edición fue especialmente seguida y Adara terminó alzándose con la victoria y con los 100.000 euros del premio. Más tarde contó que destinó ese dinero a comprar y reformar su vivienda, una decisión que compartió con naturalidad en un directo con sus seguidores.
Su trayectoria continuó fuera del plató y dentro de otro tipo de aventura: Supervivientes 2023. Adara llegó con ganas de conseguir un segundo triunfo televisivo y, aunque no lo logró, completó un concurso muy seguido en redes. Tanto disfrutó su paso por la isla que volvió poco después a Supervivientes All Stars, una experiencia que, sin embargo, no fue como esperaba. Desde el inicio se mostró incómoda y marcó distancia con la dinámica del programa, hasta el punto de plantearse abandonar.
Pese a ese sabor irregular, Adara siguió vinculada a la televisión como colaboradora habitual en los debates de distintos formatos.
Con este anuncio, Adara cierra una etapa que la convirtió en una figura clave del género. No sabe —o no ha dicho aún— qué vendrá después, pero sí deja claro que toca pasar página y centrarse en otros proyectos y en su vida personal.