William Levy ha vuelto a El Hormiguero. El actor, que acudió por primera vez al programa presentado por Pablo Motos el mes de mayo del año pasado, ha presentado este lunes Montecristo. Una vez más el cubano derrochó simpatía y aseguró que es un enamorado de España; es más, incluso baraja la posibilidad de instalar «su cuartel general» en el país y trasladarse donde sus proyectos le requieran. Levy explicó que afronta el estreno de su nueva serie con ilusión, ya que además de ser el protagonista se encuentra en el equipo de producción.
Eso sí, al margen de la trama, el presentador tenía una duda que quería que el artista le despejase: «Hay muchas escenas de sexo: ¿puedes asegurar que el culo que sale es tuyo?», dijo entre risas. Tras confirmar que el trasero que se ve en pantalla es el suyo, quiso aclarar que en este tipo de grabaciones cuentan con un coach: «Así se sabe hasta dónde se va a llegar y así no pueden haber malentendidos». Mientras William contestaba a las preguntas de Motos, los usuarios de Twitter estaban centrados en un detalle del físico del cubano: su pelo.
Tinte, mechas, extensiones o peluquín, son las opciones que plantearon los usuarios en la conocida red social. Eso sí, todos se ponían de acuerdo en algo: no les gusta el peinado escogido por el actor. Si se analizan sus redes sociales, el intérprete luce un cabello similar desde hace tiempo, aunque en los últimos meses ha optado por dejar los laterales y la parte de la nuca más largas. En 2011 el propio Levy confesó que padecía alopecia androgenética, comúnmente conocida como calvicie, y decidió raparse la cabeza. En cambio, unos meses después reapareció con melena, motivo por el que muchos medios aseguraron que se había sometido a un injerto capilar.