Hace unos meses, la vida de Àngel Llàcer sufrió un drástico parón debido a una infección intestinal aguda provocada por una bacteria con la que se infectó en Vietnam. Su estado de salud fue tan crítico que llegó a despedirse de sus seres queridos, dado el desfavorable pronóstico que enfrentaba, tal y como explicó el domingo en Col·lapse.
Este lunes, el cómico ha intervenido a través de una llamada telefónica en Y ahora Sonsoles, donde también se encontraba Ana Obregón. «No quería irme sin decir adiós. Intentaba animar a mi madre, aunque estaba decidido a morirme», ha comenzado declarando Llàcer.
Las palabras de el televisivo han resonado con fuerza en la intérprete, quien vivió la pérdida de su hijo, Álex Lequio, debido a un cáncer. «Perdóname. Es muy difícil para mí. Ese momento con tu madre lo entiendo perfectamente. A mi hijo no me atreví a decirle que no iba a vivir», ha expresado con voz entrecortada y los ojos llorosos.
La tertuliana, además, ha compartido una valiosa lección que ha aprendido tras el fallecimiento de su primogénito: «Hay que coleccionar esos momentos con las personas que quieres. Vamos muy rápido. Coleccionamos cosas, pero lo que realmente importa son esos momentos».
Finalmente, la comentarista no ha podido no ha podido reprimir su emoción y ha cubierto su rostro con las manos para ocultar las lágrimas. «Las lágrimas sanan el alma. Cada vez que lloro es porque sé que la vida es única. Por favor, estad con las personas que queréis y dedicadles tiempo. Cuando te vas, es lo único que te llevas», ha concluido.