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Los escenarios de 'Caerás' en Mallorca, thriller erótico que es número uno en Netflix: de Banyalbufar a Cala Pi

La película estrenada en agosto de 2024 revela los rincones más auténticos de la isla balear, mostrando paraísos naturales alejados del turismo masivo como Finca Son Pi y Cala Pi

Un fotograma de la serie 'Caerás'

| Palma |

La película Caerás se rodó íntegramente en Mallorca, mostrando rincones poco conocidos que van más allá del turismo convencional. Estrenada el 21 de agosto de 2024 en Netflix, este thriller romántico dirigido por Sherry Hormann no solo destaca por su trama envolvente, sino por su capacidad para capturar la esencia natural de la mayor de las Baleares a través de localizaciones que funcionan como un personaje más dentro de la narrativa.

La producción, cuyo título original es Fall for Me, cuenta con un reparto encabezado por Svenja Jung, Theo Trebs, Tijan Marei, Thomas Kretschmann y Antje Traue. La historia sigue a una mujer que, durante su visita a Mallorca para encontrarse con su hermana, termina involucrada en una relación tan apasionante como peligrosa. Los escenarios naturales seleccionados para el rodaje aportan una atmósfera especial que potencia los elementos dramáticos y misteriosos de la trama, alejándose de las zonas más turísticas para mostrar una cara más auténtica y rural de la isla mediterránea.

La directora y el equipo de producción optaron por localizaciones que transmiten tranquilidad, misterio y belleza natural en estado puro, evitando deliberadamente los enclaves más masificados. Esta decisión creativa ha permitido que Caerás ofrezca una visión alternativa y menos conocida de Mallorca, que funciona perfectamente como telón de fondo para una historia donde las emociones y tensiones personales ocupan el primer plano.

Las principales localizaciones

Uno de los escenarios más recurrentes en la película es Finca Son Pi, una antigua construcción de piedra natural ubicada cerca de Sant Llorenç y la localidad de Artà. Esta finca mallorquina tradicional, situada junto a una reserva natural, aporta ese toque romántico y melancólico que la narrativa requería. Su arquitectura rural, rodeada de colinas suaves y campos abiertos, crea una atmósfera de aislamiento que intensifica las emociones de los protagonistas y ofrece al espectador un vistazo a la Mallorca más auténtica y alejada del bullicio turístico.

Otro de los lugares destacados que aparecen en el filme es Banyalbufar, un pequeño y pintoresco pueblo en la costa occidental de la isla. Esta localidad es famosa por sus características terrazas agrícolas escalonadas en las laderas montañosas y sus impresionantes vistas al mar Mediterráneo. Con sus casas de piedra tradicionales y calles estrechas, Banyalbufar proporciona un telón de fondo donde parece que el tiempo se ha detenido, contribuyendo a crear esa sensación de mundo aparte que la película busca transmitir.

Entre los paisajes más impactantes que se pueden contemplar en Caerás destaca Cala Pi, una recóndita playa situada en el sur de Mallorca. Esta pequeña cala, caracterizada por sus aguas cristalinas, arena blanca y acantilados que la enmarcan como si fuera un cuadro natural, aparece en momentos clave de la historia. Para acceder a ella es necesario descender por una larga escalera, lo que refuerza su carácter de paraíso escondido. La belleza salvaje de este enclave y su relativo aislamiento potencian la tensión emocional que viven los personajes principales.

La importancia de Mallorca como escenario cinematográfico

La elección de Mallorca como localización para Caerás no es casual ni excepcional. La isla balear se ha convertido en un escenario habitual para producciones cinematográficas y televisivas internacionales gracias a su privilegiada luz natural, la diversidad de sus paisajes y su rico patrimonio cultural. En el caso específico de esta película de Netflix, la isla no funciona como simple telón de fondo, sino que se integra orgánicamente en la narrativa, convirtiéndose en un elemento fundamental para el desarrollo de la historia.

La decisión de filmar en localizaciones reales evitando sets artificiales ha permitido que Caerás capture la autenticidad de Mallorca. Esta apuesta por la naturalidad aporta una dimensión extra a la conexión emocional del espectador con la historia, al tiempo que muestra una cara menos conocida de la isla, alejada de los tópicos turísticos habituales.

Además de las localizaciones ya mencionadas, la película aprovecha otros rincones menos conocidos de la geografía mallorquina, como pequeñas calas escondidas, caminos rurales y miradores naturales que reflejan la diversidad paisajística de la isla. Esta variedad de escenarios permite que la historia fluya a través de diferentes ambientes, desde la intimidad de una finca tradicional hasta la espectacularidad de los acantilados mediterráneos, creando un mosaico visual que enriquece la experiencia del espectador.

El impacto turístico de las producciones audiovisuales

Películas como Caerás tienen un efecto significativo en el llamado turismo cinematográfico, un fenómeno en auge que lleva a los espectadores a visitar las localizaciones donde se han rodado sus producciones favoritas. En este sentido, la exposición de Mallorca en una plataforma global como Netflix puede contribuir a diversificar el perfil del visitante que recibe la isla, atrayendo a viajeros interesados en descubrir esos rincones menos conocidos que aparecen en la película.

Este tipo de producciones audiovisuales ayudan a promocionar destinos más allá de los circuitos turísticos convencionales, poniendo en valor el patrimonio natural y cultural de zonas rurales o menos explotadas turísticamente. En el caso de Caerás, localidades como Banyalbufar o entornos naturales como Cala Pi pueden beneficiarse de esta visibilidad internacional, siempre que se gestione de forma sostenible para evitar problemas de masificación.

¿Qué otras producciones se han rodado en Mallorca?

Mallorca cuenta con una larga tradición como escenario cinematográfico y televisivo. Entre las producciones más destacadas que han elegido la isla como localización en los últimos años se encuentran series internacionales como The Night Manager de la BBC, que utilizó diversos enclaves mallorquines como el hotel La Fortaleza, o The Crown, que recreó escenas del Mediterráneo en la isla. También películas como Cloud Atlas aprovecharon la versatilidad de los paisajes mallorquines para algunas de sus secuencias.

En el ámbito del cine español, la isla ha sido escenario de películas como El fotógrafo de Mauthausen o La caza. Esta tradición cinematográfica ha contribuido a desarrollar una industria local de servicios audiovisuales que facilita los rodajes internacionales, al tiempo que proyecta internacionalmente la imagen de Mallorca más allá de su faceta como destino de sol y playa.

La versatilidad de sus paisajes, que incluyen desde calas paradisíacas hasta montañas escarpadas, pasando por pueblos tradicionales y entornos urbanos históricos, hace que Mallorca sea un plató natural capaz de adaptarse a múltiples géneros y necesidades narrativas, como demuestra el caso de Caerás con su apuesta por los rincones más auténticos y menos conocidos de la isla.

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