Una inesperada confrontación entre dos concursantes marcó el episodio de repesca emitido el lunes 6 de septiembre de 2024 en uno de los programas de cocina más seguidos de la televisión pública española durante esta temporada. El actor Alejo Sauras, ejerciendo como capitán de equipo, mantuvo un tenso intercambio con el humorista Torito durante la preparación de un plato que podría determinar quién continúa en la competición.
La dinámica del programa dio un giro cuando los jueces decidieron que serían los participantes con los peores platos quienes ejercerían como capitanes en la siguiente prueba. Esta decisión desencadenó una serie de roces entre los concursantes que quedaron al descubierto ante las cámaras, evidenciando la presión a la que están sometidos los famosos en estas competiciones culinarias que cada temporada ganan popularidad en España.
«Me lo estoy tomando en serio. Torito se distrae, le digo que hay que hacer una cosa y luego hace otra», explicó Sauras a los chefs Samantha Vallejo y Pepe Rodríguez, visiblemente contrariado. El actor incluso mencionó que había «cortado los culos del pollo» para evitar que su compañero los utilizara incorrectamente, mostrando un nivel de preocupación poco habitual en el formato que habitualmente combina cocina y entretenimiento.
Conflicto bajo presión: cuando la cocina se convierte en campo de batalla
La tensión fue escalando cuando los jueces advirtieron al equipo que el postre debía presentarse junto con el resto de elaboraciones, algo para lo que no estaban preparados. Este anuncio incrementó la frustración de Sauras, quien intentó mantener el control con frases como «Estoy muy contento, me tienes muy contento hoy», dichas con evidente ironía hacia su compañero de equipo. El humorista se defendió de las acusaciones asegurando que «Yo no he echado ningún culo cariño, que aquí todo se graba».
El intercambio de reproches culminó cuando Sauras le pidió directamente a Torito «que no nos boicotees», una frase que elevó la temperatura emocional en las cocinas. El humorista, conocido por su estilo desenfadado, respondió seriamente reconociendo que «se iba a liar al final como no saliera todo de una forma correcta». En un momento de sinceridad, Sauras confesó: "Te lo juro que estoy intentando que me caigas bien, te lo juro", revelando la compleja dinámica personal entre ambos concursantes.
Los chefs del programa, observando la situación, intentaron mediar mostrándole a Sauras cómo su compañero se estaba esforzando, buscando que el actor, como capitán, pusiera orden en las cocinas. La tensión pareció disminuir temporalmente durante la preparación de un algodón dulce, donde ambos participantes intercambiaron algunas bromas, aunque Sauras pidió expresamente «En el pelo no» cuando Torito intentó gastarle una broma.
Valoraciones cruzadas y opiniones divididas
Ya finalizada la prueba, las evaluaciones de los concursantes sobre sus compañeros revelaron fracturas más profundas en las relaciones del grupo. «Era el peor capitán, hasta ahora», comentó Torito sobre Sauras, quien respondió: «No estoy de acuerdo en que soy peor capitán que él. Ha lastrado mucho, sobre todo en mi estado de nervios». El actor se mostró convencido de que, a pesar de los comentarios positivos de Miguel Torres y David Amor sobre el «toque de locura» de Torito, este comportamiento había sido perjudicial para el equipo.
La confrontación llegó a su punto álgido cuando, con el equipo azul en eliminación, el juez Pepe Rodríguez quiso conocer el estado de las relaciones entre ambos concursantes. Sauras mantuvo firmemente su postura: "Le soporto mejor en la distancia. Sí hizo cosas, es verdad, hizo lo que le pedí que no hiciera. Uno de los talentos y estrategias es desquiciar, que a él le gusta perder e ir a la prueba de eliminación es así". Esta declaración dejó claro que, más allá de una simple discrepancia culinaria, existían diferencias fundamentales en la forma de entender la competición.
Las opiniones sobre Torito dividieron a los concursantes. Mientras Mariló Montero lo defendió, Juanjo Bona, quien ya había tenido diferencias con el humorista anteriormente, se alineó con la postura de Sauras. Bona reconoció que el estilo humorístico de su compañero no coincidía con el suyo y manifestó que prefería «conocerle más a él y menos a lo que ha generado», sugiriendo una percepción de que la personalidad mediática del humorista podría estar interfiriendo con las dinámicas genuinas del grupo.
El fenómeno de los realities culinarios en España
Este tipo de confrontaciones no son inusuales en los programas de cocina con celebridades, que han ganado una enorme popularidad en España en los últimos años. Las estadísticas de audiencia muestran que más de 1,8 millones de espectadores siguen semanalmente estos formatos, consolidándolos como uno de los pilares del entretenimiento televisivo nacional.
Los expertos en comunicación señalan que estas tensiones son, en parte, el resultado de combinar personalidades mediáticas fuertes con la presión inherente a la competición culinaria. Un estudio de 2024 publicado por la Universidad Complutense de Madrid indicaba que el 78% de los participantes en realities experimenta algún tipo de estrés significativo durante su participación, cifra que se eleva hasta el 84% en aquellos formatos donde existe eliminación semanal.
En el caso específico de los programas de cocina con famosos, la dinámica se complica por la necesidad de mantener una imagen pública positiva mientras se enfrentan a retos para los que muchos no están preparados. Las cocinas se convierten así en un microcosmos donde las jerarquías sociales y profesionales establecidas fuera del programa son constantemente desafiadas, generando situaciones de tensión que los espectadores encuentran particularmente atractivas.
A medida que avanza la temporada 2025 de estos programas en España, queda por ver si estos conflictos interpersonales serán determinantes en el desarrollo del concurso o si, como ha ocurrido en ediciones anteriores, las aguas volverán a su cauce permitiendo que el talento culinario sea finalmente el factor decisivo en la competición. Lo que es indudable es que estas dinámicas contribuyen significativamente al éxito continuado del formato en nuestro país.