JAVIER OCHOA - Mónaco
El alemán Michael Schumacher logró, por cuarta vez, la victoria en
el Gran Premio de Mónaco y gracias al segundo puesto de su
compañero de equipo, el irlandés Eddie Irvine, la escudería
italiana Ferrari ha sumado su primer doblete en el circuito más
carismático del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno.
El cambio del Arrows de De la Rosa se rompió en la misma salida, en donde se quedó sin la primera velocidad. Esto le relegó a la última posición, en la que marchó mientras se mantuvo en la pista. Después se fue quedando sin marchas y acabó abandonando. Marc Gené estaba haciendo una carrera muy regular y rodaba sin problemas, pero en la vigésima cuarta vuelta el coche se le fue de atrás en la curva de Santa Devota, golpeó contra los neumáticos de protección y ahí terminó su aventura en Montecarlo.
Ferrari y McLaren habían planeado la misma estrategia de una parada para sus líderes -Michael Schumacher y Mika Hakknen-, pero la habían interpretado de forma diferente. El McLaren de Hakkinen había cargado más gasolina para retrasar todo lo posible su parada y hacerlo cuando la pista estuviera más despejada.
Pero el Ferrari de Schumacher, más ligero, superó a su rival en la salida, aunque Hakkinen trató de cerrarlo, y llegó en primera posición a la curva de Santa Devota. A partir de ese momento la ventaja del alemán no iba a cesar de aumentar, mientras que en el tercer puesto Eddie Irvine había superado también al otro Mclaren-Mercedes, pilotado por el británico David Coulthard.
El doblete de Ferrari lo iba a propiciar la pasada de frenada en la bajada de Mirabeau de Mika Hakkinen, al pisar el aceite que había dejado el Arrows A20 del japonés Toranosuke Takagi, que le iba a hacer perder un tiempo imposible de recuperar en un circuito en el que los adelantamientos son prácticamente imposibles.