Lazio y Valencia, en terreno del primero, darán vida hoy, martes, a un encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa, que parte con todo a favor de un equipo valencianista que viaja con un tremendamente favorable 5-2 de la ida, pero que no deberá dejarse influir por un estadio Olímpico «vestido» para intentar la remontada.
Una pase a semifinales que sería un hito en la historia del Valencia, pues nunca ha llegado a ella en la máxima competición europea y hacerlo, máxime cuando es su primera aparición en la nueva denominación «Liga de Campeones». El Valencia, con jugadores de sobrada experiencia deberá saber estar, campear el ambiente y, lo que para ellos será más preocupante, los deseos de «venganza» y el ímpetu de unos jugadores laciales que saben tanto que dieron en España una pésima imagen, como que la Liga de Campeones es el «objetivo» de quien les paga (Sergio Cragnotti). En la esperanza de remontar, el Lazio recupera a su meta titular Luca Marchegiani y a su capitán y defensa internacional Alessandro Nesta. Sin duda, dos presencias que se harán notar. Como también espera que influya la fuerte presión que, desde el primer minuto, pondrá en juego en el intento de ahogar el centro del campo visitante, y las jugadas a balón parado, donde el yugoslavo Sinisa Mihjalovic es temible.
De ahí, que no sería extraño que los laciales intenten provocar un alto número de faltas cercanas al área valencianista, con la intención de que Mihjalovic castigue y sorprenda a Cañizares. Lo que aún no es seguro es si su técnico, el sueco Sven Goran Eriksson, pondrá en liza dos delanteros natos o seguirá con su esquema de cinco centrocampistas. Lo lógico, ante la desventaja que sufre, es pensar que en la delantera jugará con Simone Inzaghi, si se recupera del estiramiento muscular sufrido el sábado y el chileno Marcelo Salas o el perdonado croata Alen Boksic.