Raúl González, delantero del Real Madrid, aseguró que aguarda con impaciencia el encuentro amistoso de mañana contra Francia, los actuales campeones del mundo, y que los jugadores tienen ganas de demostrar ante tan poderoso rival que España está cerca de los mejores conjuntos del mundo. «Tenemos muchas ganas de que llegue el partido del miércoles porque nos enfrentamos al campeón del mundo y de Europa, y es el rival que nos echó de la Eurocopa en un buen partido nuestro, pero al final nos mandaron fuera», comentó.
El madrileño sabe que el penalti que falló en Brujas contra Francia «va a estar grabado para la historia y siempre se recordará», y aseguró que intentará hacer «un gran partido», lo mismo que la selección, que «va a salir a por todas». «Creo que Francia va a tener que jugar muy bien para llevarse la victoria», subrayó Raúl, quien insistió en que los internacionales tienen ganas de recuperar la brillantez de su juego para que así «la gente se ilusione y se divierta con la selección». «Nos vamos a enfrentar a la mejor selección, porque los títulos así lo indican, y tenemos ganas de demostrar que no estamos tan lejos de enfrentarnos a este tipo de equipos y ganarlos. Eso es lo que queremos refrendar, que estamos cerca. Sabemos que tenemos que trabajar muy duro, pero hay que intentar, sobre todo en nuestro país, que si quiere ganar alguien va a tener que sufrir mucho», afirmó.
Por su parte, Javi Moreno, delantero del Alavés, tendrá muy complicado jugar contra Francia el miércoles en Mestalla debido a los problemas que tiene en el tobillo izquierdo desde el encuentro del sábado ante Liechtenstein. En cambio, el madridista Pedro Munitis, que se tuvo que retirar del encuentro del pasado sábado con un fuerte golpe en un muslo, sí podría llegar. Hizo los mismos ejercicios de todos sus compañeros y tan solo se perdió el partidillo a medio campo que ordenó Camacho. Mientras, Morientes se perfila como el 9 que utilizará Camacho frente a Francia. en el campo del Parador de El Saler en una sesión que se prolongó algo más de dos horas, y en la que tras unos ejercicios que permitieron la diversión de los internacionales, hubo jugadas que terminaban en centros desde las bandas y luego un partidillo.