Todos contra el Atlètic Balears, o a la caza de la corona que ostenta desde hace dos temporadas en equipo de la Vía de Cintura. Una Tercera en la que cada vez sobreviven menos ilusiones de ascenso alza el telón este fin de semana con una nómina de aspirantes a la liguilla amplia, pero con muchas ilusiones bajo tierra. Los clásicos son los que se jugarán esas ansiadas "para algunos" cuatro posiciones de privilegio. Atlètic Balears, Manacor y Penya Santa Eulàlia son los que más ansia muestran. Los primeros aspiran a hacer realidad el sueño de una afición somnoliente.
Por su parte, los de Na Capellera vuelven a confiar en Jaume Mut para defender una vez más de forma brillante el pabellón balear en el play-off de ascenso. Desde las pitiusas, el conjunto de Iñaki Churruca tira una vez más la casa por la ventana y apuesta por refuerzos de acento peninsular y cartel de Primera, como Loinaz. Caso al margen es el del Ferriolense. El apoyo del Mallorca hace de su plantilla una de las más competivivas, por lo que los hombres de Darder, actuales subcampeones, se plantean como la alternativa.
Desde Inca se aboga por la discrección. El Constancia recupera a Jaume Bauçà, pero desarolla una idea marcada por el día a día. La liguilla será un premio al trabajo de una plantilla mermada, pero que pese a todo atesora una enorme clase. Vilafranca se mantiene al acecho, al igual que otros conjuntos como el Poblense, siempre llamado a recuperar la gloria perdida en los pasillos del Municipal. Esta temporada servirá para recuperar a un histórico herido de muerte por las circunstancias. La Sociedad Deportiva Eivissa recupera su denominación y aspira a dar la sorpresa, junto a un amplio grupo de equipos como Playas y Binissalem, que apuestan por la juventud como estilete, un Cardassar o un Espanya que parecen llamados a hacer sufrir a sus fieles parroquias, o los dos representantes menorquines.
Sporting y Alayor tienen ante sí una buena oportunidad para resarcirse de una campaña para olvidar. Un Montuïri remozado y con Riado al frente del vestuario adquiere peso tras lograr la permanencia y olvidar un eterno periplo por Preferente. En Sóller se trabaja a conciencia y aprendiendo de los errores de un pasado no muy lejano. La gente de la casa y una corta pero solvente lista de incorporaciones componen el grupo de trabajo de un prudente Jaume Frontera. En el Municipal de Santa Ponça empieza una nueva etapa, en la que la savia joven juega un papel importante en el dibujo de su técnico.