El español Johann Muehlegg, «Juanito», ganó ayer la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Salt Lake City en la prueba de 30 kilómetros fondo, estilo libre, disputada en las pistas de Soldier Hollow. Con esta primera plaza, Muehlegg inaugura el medallero español en los primeros juegos del tercer milenio que inauguró el pasado viernes de madrugada el presidente de los Estados Unidos, George Bush, bajo medidas de seguridad sin precedentes y un fervor patriótico que llegó a su nivel más alto con el homenaje a la deteriorada bandera de las Torres Gemelas.
«En el nombre de una orgullosa, decidida e iluminada nación, declaro inaugurados los Juegos de Salt Lake City», dijo Bush, sentado entre el equipo estadounidense, en medio del delirio de los 52.000 espectadores presentes en el estadio «Rice-Eccles» de esta ciudad occidental, capital del estado de Utah y feudo de los mormones. Antes, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el belga Jacques Rogge, aludió en su discurso a la «horrible tragedia» vivida por el pueblo estadounidense el 11 de septiembre y subrayó que «permanecemos unidos» a él en la promoción de «nuestros comunes ideales y en la esperanza por la paz mundial».
Rogge, en sus primeros Juegos como presidente del COI, recordó a los deportistas que un campeón es alguien que «respeta las reglas, rechaza el dopaje y compite en el espíritu del juego limpio». Por su parte el presidente del Comité organizador, Mitt Romney, obispo mormón, agradeció a los atletas por honrar la vida en este momento tan amargo de la historia.