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RCE Mallorca

Empate estéril entre el Mallorca y el Barcelona

El equipo bermellón consigue un punto ante el Barça, que no le permite salir de la zona de peligro

Losada empezó como segundo delantero, se situó después en la banda izquierda y fue sustituido por Álvaro Novo. Foto: T.MONSERRAT.

0 REAL MALLORCA: Roa (HH); Olaizola (H), Niñi (H), Nadal (H), Miquel Soler (H); Campano (H), Engonga (H), Marcos (H), Paunovic (H); Losada (H)y Luque (H).
Cambios: Ibagaza (-) por Paunovic, Novo (-) por Losasa y Carlos (-) por Luque.
0 BARCELONA: Reina (H); Puyol (H), Cristanval (H), Frank de Boer (H), Sergi (H); Rochemback (H), Xavi (H), Cocu (H), Gabri (H); Rivaldo (H) y Kluivert (H).
Cambios: Saviola (-) por Rochemback, Giovanni (-) por Rivaldo y Motta (-)por Xavi.
Àrbitro: Iturralde González, del colegio vasco. Amonestó a Nadal y Cristanval.

Miquel Alzamora
El Real Mallorca sumó un punto de nada, un miserable punto. Consiguió lo que Kresic perseguía, es decir, no perder, aunque al final casi paga con una derrota su fatal proyecto de partido. En la primera parte no ocurrió nada, porque nada puede ocurrir si se juega como lo hicieron Mallorca y Barcelona durante el primer tiempo. Ambos equipos jugaron el partido del miedo. El Barça tenía pánico a perder y el Mallorca está obsesionado con la idea de encajar un gol. Entre los miedos de uno y las fobias del otro, los primeros 45 minutos fueron una invitación a marcharse del campo, un insulto al espectáculo, un engaño al aficionado que había pagado por ver el encuentro.

Si en estos últimos años había un Barça batible, era el Barça de ayer, pero Kresic no se percataba de ello. Su obsesión por no perder y su miedo a la derrota han terminado por ser contagiosos y, a excepción de Luque y Losada, el resto sabe que recibirá más caricias por parte de su técnico si no arriesgan más de la cuenta. Así es difícil ganar, aunque siempre puedes tener la fortuna de encontrarte con un rival como ayer el Barcelona, que no se enteró de la misa la mitad. El Real Mallorca jugaba en su campo y Nadal dejaba a los siete minutos muy tocado a Rivaldo, que hasta llegar al tiempo de descanso estuvo más preocupado por el dolor que sentía en la pierna que no de jugar como suele hacerlo de vez en cuando.

Faltaba profundidad en el equipo rojillo que, en su afán de preocuparse más por defender que por atacar, vio como esporádicamente el Barça inquietaba la meta de Roa. El argentino tuvo que salir fuera del área en el minuto 31 para desbaratar un balón controlado por Rivaldo, en la que fue la única acción realmente peligrosa. El resto de minutos, mucho fútbol basura, mucho miedo, mucho centrocampismo y poco espectáculo, pocas ideas y poca imaginación. El Barça jugaba a cámara lenta y el Mallorca lo hacía como si jugara en el Camp Nou en lugar de en Son Moix. Por fin se llegó al descanso. Quedaba toda la segunda parte y lo mejor de todo era que no podía ser peor.

La reanudación se animó muy pronto, ya que ambos técnicos, en un alarde de imaginación y destreza, dieron entrada a sus dos elementos más creativos, Saviola por el Barça e Ibagaza por el Mallorca. Sólo con estos dos jugadores sobre el terreno de juego, la actitud de ambas escuadras cambió, aunque se notó más en el Barça. El tridente "Rivaldo, Kluivert, Saviola" coincidió 18 minutos sobre el campo y en una acción del Pernanbucano, que tiró desde fuera del área, Roa despejó con el pecho y el «Conejo» aprovechó el rechace, pero de nuevo Carlos pudo despejar.

El partido entraba en una dinámica más agradable para la vista. Luque ganó hasta en dos ocasiones la espalda a la defensa, pero no tuvo una buena finalización. Losada disparó desde dentro del área, pero la pelota salió fuera, por encima de la madera de Reina. Campano tiró un libre directo, aunque el esférico se marchó por encima de la meta de Reina. Pasaban cosas, se hacía fútbol, se buscaba un objetivo, el gol. El conjunto azulgrana inquietaba ahora ya con seriedad. Kluivert y Saviola gozaron de las acciones más claras en los minutos 71 y 72, pero en ambos casos se encontraron con la mano de Roa.

Al final el equipo de Rexach buscó el gol con firmeza. Geovanni perdió la más clara ocasión cuando, solo ante Roa, envió la pelota fuera. El reparto de puntos no sirve apenas para nada ni a uno ni a otro, pero tal vez es el más claro exponente de la idea de fútbol de ambos entrenadores. Ayer perdió el fútbol y sólo ganaron Kresic y Rexach. Que les aproveche el punto miserable que ayer se repartieron y que de nada sirve tal y como están las cosas en el campeonato.

Un resultado que puede ser peor si se pierde en Zaragoza
En ocasiones un punto contra el Barcelona puede ser muy valioso y muy importante pero el Mallorca, tal y como está la clasificación, no puede perdonar en su casa y más si el rival, por muy grande que sea, empieza jugando sin fe y sin apenas ideas. El punto conseguido puede ser mínimamente importante si se gana en Zaragoza el próximo domingo, si se vuelve a empatar o a perder, lo poco o nada que sirve lo conseguido ayer de nada valdrá. Ayer Sergio Kresic volvió a dejar a Ariel «Caño» Ibagaza en el banquillo y dio entrada en el segundo tiempo. El entrenador se decantó por lo fácil y dejó a Novo en el banquillo dando entrada a Campano. También incluyó en el once a Veljko Paunovic que jugó en lugar de Cristian Díaz. Sin embargo el equipo volvió a pecar en muchos minutos de falta de ambición y presionó de forma intermitente. Cuando lo hizo, consiguió hacer daño pero se levantó en todo momento el pie del acelerador en el afán de mantener el marcador a cero y no perder. La próxima semana se viajará a La Romareda, otro rival directo en la lucha por la permanencia y que juega hoy ante La Real Sociedad en el estadio de Anoeta.

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