El atleta Fermín Cacho se encuentra ingresado en el Hospital General de Castellón desde el pasado lunes debido a una encefalitis, una grave enfermedad que consiste en una inflamación del cerebro y del cordón espinal normalmente causadas por infección viral.
El campeón olímpico del 1.500 en Barcelona 92, que lógicamente se perderá el Campeonato de Europa al aire libre que el próximo mes de agosto se disputará en Múnich, se encuentra fuera de peligro y evoluciona favorablemente.
Sin embargo, deberá permanecer ingresado de 12 a 14 días debido al tratamiento antivirus que está recibiendo. Su esposa, Susana, explicaba ayer a Europa Press que Fermín «va muy bien, está mucho mejor». «Ya está fuera de peligro, pero sigue con el tratamiento que le pusieron el martes. Nos hemos llevado un buen susto, pero hemos tenido mucha suerte porque se ha cogido a tiempo», destaca.
Sin embargo, no se olvida de la angustia sufrida el lunes. «Se encontraba fatal. No coordinaba, hablaba incoherencias y tampoco reconocía. No sabía ni mi nombre ni el de mi hija. Con eso lo digo todo», explicaba la mujer del atleta soriano. «Ahora sin embargo ya coordina y todo va muy bien», continúa.
Cuando empezó a sentirse indispuesto tras un entrenamiento matutino -a pesar de las minivacaciones en Castellón, el mejor atleta español de la historia continuaba con su preparación de cara a la gran cita del año en el Europeo-, lo primero que pensaron fue en un «golpe de calor».