Jorge Muñoa (Efe) - INDIANÀPOLIS
Indianápolis, la cuna del baloncesto estadounidense, levantará esta
tarde el telón del primer Mundial del siglo ante las dieciséis
mejores selecciones del planeta, en su mayoría americanas y
europeas, reunidas en torno a dos grandiosos pabellones para
participar en un campeonato que los Estados Unidos jamás disputaron
como organizador. La tierra natal de los míticos Hoosiers, el
equipo de la Universidad de Indiana, y del legendario Larry Bird,
albergará el torneo en el impresionante Conseco Fieldhouse, cancha
de juego de los Pacers, y en el RCA Dome, el estadio de los Colts,
el equipo de fútbol americano de la duodécima ciudad más grande de
la nación, con más de 1'5 millones de habitantes y profundas raíces
en el deporte, sobre todo en el baloncesto y las carreras de
coches, como las las 500 Millas.
Esta metrópoli del medio oeste, conocida como «la encrucijada de América» por la intersección de cinco grandes autopistas interestatales, será el escenario que hará sufrir y disfrutar a seis selecciones americanas (Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Puerto Rico y Venezuela), cinco europeas (Yugoslavia, Turquía, España, Alemania y Rusia), dos africanas (Angola y Argelia), otras tantas asiáticas (China y Líbano) y una oceánica (Nueva Zelanda). Sólo un par de ellas alcanzarán la gran final del próximo 8 de septiembre sobre el parqué del Conseco Fieldhouse, que a partir de los cuartos de final se convertirá en sede única del torneo que, además de encumbrar al nuevo rey del planeta, decidirá cuantas plazas olímpicas corresponden a cada continente en los Juegos Olímpicos de Atenas'2004.
La selección que conquiste el oro en Indianápolis, el organizador de los Juegos (Grecia) y los ganadores de los respectivos campeonatos continentales del próximo año tienen plaza asegurada en Atenas, pero todavía faltan por designar cinco puestos que se adjudicarán a cada zona continental en función de la clasificación final de este Mundial. El sistema de competición del torneo dejará fuera de la lucha por las medallas a los últimos clasificados de cada uno de los cuatro grupos de la primera fase, compuestos por Yugoslavia, España, Canadá y Angola en el A; Brasil, Turquía, Puerto Rico y Líbano en el B; Estados Unidos, Alemania, China y Argelia en el C; y Argentina, Rusia, Nueva Zelanda y Venezuela en el D.
Los tres restantes conjuntos de cada grupo accederán a la segunda fase para formar dos nuevos bloques de seis selecciones en los que valdrán los resultados obtenidos en la ronda inicial. Cada equipo jugará tres encuentros "los combinados que han compartido bloque no vuelven a enfrentarse entre sí" y los cuatro primeros accederán, a partir del 5 de septiembre, a las eliminatorias por el podio. La selección anfitriona, dirigida por el técnico de los Bucks de Milwaukee, George Karl, uno de los entrenadores mejor pagados del mundo, es la favorita indiscutible para el título tras el fiasco del anterior Mundial, el de Atenas'98, donde Estados Unidos tuvo que comparecer sin sus profesionales por el cierre patronal de la NBA y acabó relegada al tercer puesto en favor de Yugoslavia, que sumó su cuarta medalla de oro frente a Rusia.
El desafío para los norteamericanos es grande. Juegan en casa, su última aparición internacional, en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, estuvo a punto de costarles la primera derrota de sus jugadores NBA y, pese a todo, en el equipo no juega ninguna de las grandes estrellas profesionales como Shaquille O'Neal o Kobe Bryant, que han mostrado un desinterés absoluto y han forzado a la Federación estadounidense a formar un bloque de egos menos pronunciados.
Yugoslavia representa, en opinión de muchos expertos, el mayor peligro que Karl y sus hombres pueden encontrarse sobre la cancha. Entre otras cosas porque los actuales campeones cuentan con algunos de los mejores baloncestistas del continente europeo, caso de Dejan Bodiroga, y destacados referentes en la NBA como el alero de los Kings de Sacramento Predrag Stojakovic. De hecho, la proliferación de jugadores procedentes de otros países que desarrollan sus carreras en la NBA es casi un denominador común. Desde el deslumbrante debutante del año en la última temporada, Pau Gasol, hasta el número uno del último sorteo colegial, Yao Ming, con casi 2'30 metros, que hace pocos días anotó once puntos, cogió trece rebotes y colocó seis tapones en un amistoso contra el equipo estadounidense.
Algo se mueve bajo los aros continentales y el Mundial dejará constancia de ello. Líbano es una de las grandes sorpresas tras apear del torneo a dos potencias vecina, Japón y Corea. Tampoco sería una sorpresa que una selección suramericana volase alto, en especial Argentina, relanzada por hombres como Ginobili y Oberto en Europa, y también Puerto Rico, donde aún late con fuerza el corazón de Piculín Ortiz, ejemplo del carácter y fuerza que a partir de hoy correrá por las venas del baloncesto mundial. El suizo Patrick Baumann ha sido elegido en Indianápolis secretario general «sine die» de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) en sustitución del yugoslavo Boriskav Stankovic. Unico candidato, Patrick Baumann, de 36 años, era hasta el presente el adjunto de Borislav Stankovic, quien ostentaba el cargo de secretario general desde 1976 y que presentará su renuncia el próximo 31 de diciembre.