El Athletic, que perdió con el Real Unión de Irún (2-1); el Málaga, sorprendido por el Xerez (2-0); y el Valencia, eliminado de forma increíble en la tanda de penaltis por el Alicante, fueron las «víctimas» de Primera División en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. El sistema de partido único en el campo del más débil, que tantas críticas ha motivado en la mayoría de los técnicos de los «grandes», justificó una vez más su implantación y dio resultados inesperados.
Porque era poco probable que el Valencia, campeón de Liga y clasificado por adelantado a la segunda fase de la Liga de Campeones, desperdiciase una ventaja de dos goles en la prórroga y perdiese en la tanda de penaltis frente a un Segunda B, o que el Athletic, que durante muchos años fue «el Rey de Copas», sucumbiese en el último minuto ante otro conjunto de la tercera categoría del fútbol español.
El Athletic, con 23 títulos de Copa, tendrá que esperar un año más para reverdecer laureles, porque el Real Unión, segundo clasificado del grupo 2 de Segunda B, se sintió hoy como el club que en 1918, 1924 y 1927 ganó esta competición. Pese a que Julen Guerrero adelantó al conjunto de Juup Heynckes en el primer tiempo (m.19), Egoitz Sukía (m.67) y Aquilino Etxarri, en el último minuto, expulsaron al Athletic de la competición y complicaron aún más la situación del técnico alemán.
El Málaga, una de las sorpresas del comienzo de la temporada, cayó frente al Xerez (2a) de Bernd Schuster, que logró la clasificación a los octavos de final en un afortunado tramo final del partido de Paco Cachorro, que dio el pase del primer gol al argentino Dani Pendín, en el minuto 84 y logró un bello tanto, seis minutos después. Osasuna pasó, pero no respiró hasta el último momento ante el Eibar (2ª), que, como hizo la víspera el Mallorca contra el Hércules, concluyó la prórroga con el resultado inicial y tuvo que recurrir a la tanda de penaltis, en la que se impuso por 6-7.
El Valladolid y el Betis, mientras, prolongaron su eliminatoria hasta la prórroga, en el campo del Getafe (2ª) y del Palamós (2ª B). Hasta el actual campeón, el Deportivo, tuvo que padecer hasta el último momento para superar, la víspera, al Racing de Ferrol (3-4), con goles a pares de Diego Tristán y Albert Luque. Sólo el Real Madrid y el Atlético de Madrid, cuyos técnicos habían apostado por alinear a los habituales suplentes, vivieron con calma su pase a los octavos.