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Liga de Campeones

El Real Madrid arranca con fuerza y sonroja al Olympique de Marsella

Roberto Carlos, Ronaldo y Figo firman la victoria en el estreno en la Champions

Real Madrid 4
Olympique Marsella 2

R. MADRID: Casillas (*), Míchel Salgado (***), Pavón (**), Raúl Bravo (**), Roberto Carlos (**), Beckham (***), Cambiasso (*), Figo (*), Raúl (*), Zidane (**) y Ronaldo (**).
Cambios: Guti (*) por Cambiasso, Portillo (-)por Zidane y Solari (-) por Ronaldo.

O. MARSELLA: Runje (*), Beye (*), Van Buyten (*), Hemdami (*), Meite (*), Ecker (*), Celestini (*), Meriem (*), Marlet (*), Drogba (*) y Mido (*).
Cambios: Johansen (*) por Marlet, Vachousek (*) por Hemdami y N'Diaye.

Àrbitro: Wolfgang Stark. Mostró tarjeta amarilla a Runje y Raúl Bravo.

Goles:
0-1, Minuto 26, Drogba.
1-1, Minuto 29, Roberto Carlos.
2-1, Minuto 34, Ronaldo.
3-1, Minuto 57, Ronaldo.
4-1, Minuto 61, Figo, de penalti.
4-2, Minuto 83, Van Buyten.

Isidro Santos|MADRID

El camino en busca de su décima Copa de Europa lo comenzó a recorrer el Real Madrid con mucha decisión y su primera víctima fue el Olympique de Marsella, un equipo que lidera la Liga francesa pero que fue incapaz de frenar la avalancha de juego que por momentos se le vino encima.

Los hombres de Alain Perrin golpearon primero y se adelantaron en el marcador. Los 3.000 aficionados que acudieron al Santiago Bernabéu procedentes de Marsella creyeron que sus deseos de victoria iban a cumplirse. Fue sólo un sueño, y muy corto.

El Real Madrid, con unas cuantas ráfagas de fútbol de muchos quilates y la calidad de sus estrellas, no tardó en reaccionar. Cuando lo hizo, el Olympique no pudo pararle.

Un extraordinario pase con la firma de David Beckham, en el minuto 29, sirvió a Roberto Carlos para batir al portero croata Vedran Runje con una volea espectacular y para que el Real Madrid aplacara la euforia del Olympique, que se había puesto por delante tres minutos antes por medio de Didier Drogba.

El director de la orquesta madridista fue Zinedine Zidane, un marsellés que no tuvo ninguna piedad del que ha sido su equipo de siempre. El francés, ayudado por Beckham, desatascó el juego del Real Madrid en el centro del campo y las ocasiones de gol del conjunto de Queiroz llegaron en aluvión, sobre todo después del tanto del empate de Roberto Carlos.

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