Fernando Fernández|ATENAS
Los años y los Juegos pasan, pero algunos de sus protagonistas
indirectos siguen ahí, al pie del cañón y buscando mantener el
papel estelar que históricamente España ha desempeñado en la vela
olímpica. Uno de esos campeones de la sombra acumulará con los de
Atenas cuatro Juegos. Una singladura iniciada en Barcelona,
consolidada en Atlanta, y que en las aguas del complejo Agios
Kosmas quiere recuperar la senda perdida hace cuatro años.
Toni Ripoll (Palma, 1957) es todo un clásico en el equipo nacional de vela. Los que ya no forman parte de él y los más veteranos le guardan el respeto que merece uno de los entrenadores con más prestigio del panorama nacional. La mejor muestra, un historial que certifica la brillante labor de Ripoll durante una larga trayectoria ligada a los campos de regatas de todo el mundo.
Formado en el Club Náutic de s'Arenal, se ha planteado el reto de llevar lo más alto posible a la pareja española de 470 Masculino formada por Gustavo Martínez Doreste y Dimas Wood. Los grancanarios son los encargados de defender la larga tradición de una clase que ha bañado en oro a la vela española.
Buena culpa de este cúmulo de éxitos pasa por las manos de Ripoll, qu en la actualidad es profesor de INEF de vela en la Universidad de A Coruña, pero siempre que puede y sus obligaciones profesionales se lo permiten, se acerca hasta su Isla para ver a sus familiares «y disfrutar de mi tierra. Allí empecé a navegar», explica.
El responsable de la pareja de 470 Masculina no es el único mallorquín inmerso en los planes olímpicos de la RFEV. Miguel Sánchez-Cuenca es una pieza clave en el desarrollo de las cartas meteorológicas y acompaña dentro de esta pequeña embajada mallorquina a Toni Ripoll. De hecho, en Atenas es la primera vez desde Seúl 88 en la que Balears no cuenta con representantes en vela.