Efe|ATENAS
El judoka Kenji Uematsu no pudo dar ayer la primera medalla a
España en los Juegos Olímpicos de Atenas, al perder el combate por
el bronce ante el mongol Kashbaatar Tsgaanbaatar, en un decisión
arbitral muy contestada por los españoles.
La maldición se volvió a cebar con el judo masculino español, un
deporte que aporta abundantes metales al medallero español desde
Barcelona'92, pero casi siempre en la competición femenina.
Ernesto Pérez Lobo, plata en el superpesado en Atlanta, es el único
medallista masculino de judo, por cinco podios de las féminas: oros
de Miriam Blasco, Almudena Muñoz e Isabel Fernández y bronces de
Yolanda Soler e Isabel Fernández.
Uematsu había controlado al mongol durante toda la pelea,
eminentemente táctica.
Los dos contendientes estuvieron más preocupados de no perder y
se completaron los cinco minutos sin ninguna alteración el
marcador.
En la puntuación de oro, novedad introducida para dar más interés a
los combates cuando se produce un empate, el judoka vizcaíno atacó
con más decisión y llegó a tumbar a su adversario, pero los jueces
decidieron que había sido fuera del tatami.
Acto seguido, el mongol se apuntó un Yuko que le valió
automáticamente la victoria ante la frustración del español, que
había llegado con brillantez a la lucha por el bronces tras ganar
las tres peleas de la repesca.
Uematsu, hijo de japonés nacido y residente en la localidad
vizcaína de Portugalete, había perdido su primer combate del día
ante el georgiano Nestor Khergiani, lo que le apartó de la
posibilidad del oro, pero después encadenó tres triunfos seguidos
que le dejaron a un paso del podio.
Un espectacular Ippon a falta de 2:53 minutos para el final le
había dado el triunfo frente al griego Revazi Zintiridis en el
combate que daba el pase a la pelea por el bronce.
El judoka griego, jaleado por su público, fue en ventaja desde el
principio al lograr dos waza-ari, pero el vizcaíno reaccionó con un
gran Ippon que acabó con las esperanzas del luchador local.