Adrián R. Huber|ATENAS
El italiano Paolo Bettini, ganador de las dos últimas ediciones de
la Copa del Mundo de ciclismo, confirmó ayer su condición de
«clasicómano» al ganar en los Juegos de Atenas el oro olímpico de
fondo en carretera, en una prueba que se disputó en el centro de la
capital griega.
El rey de las clásicas venció a los pies de la Acrópolis. Bettini, de 30 años, que en su amplio palmarés cuenta triunfos en la Milán-San Remo (2003), en la Lieja-Bastoña-Lieja (2000 y 2002), en la Clásica de San Sebastián (2003) y en las de Hamburgo (2003) y Zürich (2001) y que en mundiales fue segundo en el de Lisboa (2001, que ganó Oscar Freire) tiñó de oro su palmarés con una nueva demostración de fuerza.
El italiano cubrió el recorrido total, de 224 kilómetros, en un tiempo de cinco horas, 41 minutos y 44 segundos, uno menos que el portugués Sergio Paulinho, que fue segundo en una jornada en la que el belga Axel Merckx, el hijo del mítico Eddy -«El Caníbal»- se colgó al pecho la medalla de bronce.
Los españoles tuvieron la suerte en contra desde poco después de darse el pistoletazo de salida, apenas en el tercer kilómetro, en el que el vitoriano Igor Astarloa, actual campeón del mundo; y el cántabro Iván Gutiérrez se vieron envueltos en una caída que marcó desde un principio la suerte hispana y en la que también se vieron envueltos el holandés Michael Boogerd, el colombiano Marlon Pérez, el ruso Vladimir Karpets y el ucraniano Serhiy Honchar.
Astarloa se tuvo que retirar en la primera vuelta, al sufrir fuertes contusiones en el codo y clavícula derechos, de las que fue atendido en un hospital de la capital griega, donde se descartó, no obstante, que sufriera rotura alguna. El colombiano Pérez y Boogerd abandonaron a las primeras de cambio; Karpets lo hizo en la cuarta vuelta y Gutiérrez pudo completar hasta la decimotercera.