Fernando Fernández|ATENAS
La imagen de las jugadoras del equipo español de baloncesto
accediendo al vestuario lo dice todo. Las lágrimas que derramaban
Marta Fernández, Amaya Valdemoro o Laia Palau lo decían todo. El
mejor equipo que nuestro baloncesto jamás ha logrado conjuntar, se
ha quedado sin medalla. Un objetivo perseguido con ansia y que
merecían. La primera fase resultó brillante. Una derrota -ante
Estados Unidos- había disparado las expectativas y el juego de las
chicas de Vicente Rodríguez convencía a propios y extraños en cada
partido.
Pero ante Brasil se dijo adiós, en un encuentro en el que Marta Fernández resultó ser la máxima anotadora del equipo nacional, con dieciséis puntos, pero que puso punto y final al sueño de estas jugadoras que ya han hecho historia y ahora pujarán por el quinto puesto. Marta estaba triste. Algo que no se corresponde con una joven que destila vitalidad y simpatía. Era una noche para olvidar.
«Es un palo muy fuerte, no merecimos acabar de esta forma», decía tras la derrota ante Brasil (63-67) en los cuartos de final. «Ha sido un partido extremadamente igualado. A estas alturas nadie te regala nada, perono supimos estar a la altura en el rebote, algo en lo que insistimos desde el primer momento. No lo vigilamos como debíamos y ellas aprovecharon su fortaleza en el juego interior. A todo ello se unió nuestro desacierto cara a canasta -17 de 50 en tiros de dos puntos- y el no saber correr el contragolpe. Pero ahora no hay que mirar atrás, debemos recuperarnos pronto y centrarnos en la quinta plaza, que supondría un éxito importante para el baloncesto femenino de nuestro país», comentó la escolta internacional poco antes de subi al autocar que les condujo directamente hacia la Villa Olímpica.