El partido entre el Real Madrid y la Real Sociedad, correspondiente a la decimoquinta jornada de la liga española de fútbol de Primera División fue interrumpido en el minuto 88 debido a una amenaza de bomba. A las 20.45 horas el árbitro del partido, Vicente José Lizondo Cortés, interrumpió el juego y solicitó a los jugadores que estaban en el campo y a los miembros de los banquillos que abandonaran el terreno de juego, mientras por megafonía se solicitaba un desalojo de los alrededor de 70.000 espectadores de forma ordenada. Incluso se permitió que los aficionados abandonasen el recinto a través del césped para que su salida del estadio fuera más rápida. Una supuesta llamada al diario «Gara» anunciaba que a las 21.00 horas iba a estallar un artefacto en el estadio Santiago Bernabéu, poco después de la hora prevista para el final del partido entre el Madrid y la Real.
DESALOJO. Desde el momento en que comenzó el desalojo, que tardó alrededor de diez minutos, los artificieros de la Policía Nacional inspeccionaron las instalaciones del estadio en busca de la posible bomba. Aunque el desalojo fue muy rápido, el miedo hizo presa en bastantes espectadores, que trataban de abandonar el estadio a la carrera.
Los jugadores y cuerpo técnico de ambos equipos, así como los directivos y medios de comunicación salieron también del estadio y aguardaban espectantes las indicaciones de la policía.
Esta no es la primera vez que el estadio Bernabéu es objetivo de una acción terrorista. El 1 de mayo de 2002, antes del partido Real Madrid-Barcelona de las semifinales de la Liga de Campeones, explotó un coche-bomba, colocado por ETA, frente al recinto madridista que causó heridas a 17 personas, todas de carácter leve, lo que no impidió el desarrollo normal del encuentro.
UBICACIÓN. Asimismo, el estadio madridista figuraba como uno de los objetivos que aparecían en la documentación intervenida a los detenidos en noviembre pasado en la segunda fase de la «Operación Nova», que formaban una célula islamista dispuesta a tomar el relevo de la que pretendía atentar contra la Audiencia Nacional española.
Los jugadores tuvieron que abandonar rápidamente el césped sin darles tiempo ni siquiera a cambiarse en los vestuarios, y salieron protegidos por miembros de la policía a la calle Padre Damián, en una imagen inédita en un campo de fútbol.
A los futbolistas de ambos equipos se les comunicó lo que sucedía en el mismo césped del estadio y salieron corriendo hacia la calle. Con chubasqueros abrigándose del frío de la capital de España, con medias, botas y pantalones cortos y la mirada perdida, dirigían sus ojos al estadio.
Los madridistas estuvieron acompañados por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, y su director general deportivo, Emilio Butragueño, quien informaba de la amenaza a los medios de comunicación.