Adrián R. Huber|INDIANÀPOLIS
Michael Schumacher (Ferrari) ganó el Gran Premio de Estados Unidos,
en el que todos los pilotos de los equipos que llevan neumáticos
Michelin decidieron retirarse por motivos de seguridad tras dar la
vuelta de formación. Schumacher ganó por delante de Rubens
Barrichello, una carrera esperpéntica en la que sólo rodaron seis
coches, los dos de Ferrari, más los Jordan del portugués Tiago
Monteiro y de Narain Karthikeyan; y los Minardi del holandés
Christijan Albers y del austríaco Partick Friesacher, quinto y
sexto. A esto quedó reducida la parte deportiva del Gran Premio de
Fórmula Uno, si es que así se puede catalogar lo sucedido en la
legendaria pista de Indianápolis, en la que la mayoría del público
se sintió defraudado ante el lamentable espectáculo que acabaron
presenciando los que no optaron por marcharse a poco de arrancar la
prueba.
El sábado, a la hora del desayuno, Ralf Schumacher, que se había accidentado en la segunda sesión de entrenamientos libres del viernes, después de un reventón en su neumático trasero izquierdo, anunció que no correría este Gran Premio. Como el de Ralf no había sido un hecho aislado, sino que Michelin había observado que el problema se reproducía en otros bólidos y siempre en el neumático izquierdo trasero, la marca francesa advirtió a sus socios y a la FIA del peligro que correrían si salían a correr.
Michelin solicitó a la FIA la posibilidad de disputar la clasificatoria con los neumáticos desplazados a Indianápolis y la carrera con unos juegos correspondientes a la especificación que se empleó en el Gran Premio de España. Tras numerosas reuniones, Michelin no consiguió convencer a la FIA de que permitiese un cambio de neumáticos que no contempla el reglamento y al que se oponían, lógicamente, los equipos de Bridgestone -Ferrari, Jordan y Minardi-, que fueron los únicos que disputaron la carrera, ya que el resto se retiró tras el giro de formación.
Las reuniones a varias bandas que tuvieron lugar el sábado en la Motor Speedway, famosa por albergar las míticas 500 Millas de Indianápolis, se repitieron la mañana del domingo, después de que Michelin cruzase cartas con los responsables de la FIA.
Los siete equipos Michelin se reunieron y decidieron presionar a la FIA con la amenaza de no correr, si ésta no ordenaba la requerida 'chicane', algo que no sucedió, ya que la Federación no cedió a estos ruegos, aferrándose al reglamento.