Florentino Pérez, que presentó ayer su dimisión a la presidencia del Real Madrid, cierra cinco años y ocho meses después un ciclo en el que ha ganado todos los títulos, salvo la Copa del Rey, asumiendo toda la culpa de la actual crisis que vive el madridismo.
Florentino Pérez abandona asumiendo culpas. El máximo mandatario del club presentó a las 20.00 horas en una junta extraordinaria su dimisión irrevocable y de nada sirvieron los intentos de la junta para que diese marcha atrás. Había ejecutado una decisión que barruntaba desde hace tiempo y que decidió a la conclusión del partido del pasado domingo en Son Moix.
Dolido por imágenes como la acontecida y denunciada por Sergio Ramos, que no se vio arropado por sus compañeros al marcar un gol, Florentino Pérez admitió que su principal error ha sido «maleducar» a sus estrellas, de las que llegó a decir que han reducido su hambre de éxito.
«El club necesita un cambio, un revulsivo y debe ser en la figura del presidente. No culpo a los jugadores, yo soy el único responsable. Algunos jugadores están confundidos y yo he participado en su confusión. La mejor manera de que lo entiendan es que otros hagan lo que yo no he sido capaz. No me han gustado muchas de las actuaciones de los últimos días y debo echarme la culpa a mi mismo», reconoció.
Se refería al intercambio de declaraciones y mensajes entre varios futbolistas de la plantilla. El brasileño Ronaldo rompía el hielo denunciando la falta de cariño que siente en el Bernabéu, «nunca la he sentido mi casa», en la previa del partido del año ante el Arsenal. El capitán, Raúl González, le daba un toque a su compañero, y Sergio Ramos aumentaba la polémica con su denuncia. «Sergio tuvo toda la razón con lo que dijo ayer», aclaró Florentino.
«El exceso de triunfos y quizás una mala asimilación de mis mensajes provoca que haya jugadores confundidos, a los que no he sabido más que maleducarles. Aceptando mi responsabilidad, dejando la presidencia se puede reconducir una dirección equivocada».
«Hemos hecho una plantilla de grandes jugadores de la que soy el único responsable. Les he maleducado y se han confundido. He actuado como los padres por darle lo mejor a los niños y hace que se confundan. Soy el único culpable.Con mi dimisión deben ver que lo único importante es el Real Madrid», agregó.
De nada sirvieron los esfuerzos de la amplia mayoría de la junta directiva de convencer a Florentino de dar marcha atrás. «Todos me han pedido que reconsiderase mi decisión pero era firme y muy meditada». Además, desmintió que fuese por recomendación médica.
El adiós de Florentino Pérez no provocará elecciones este verano. Tras ser reelegido por una aplastante mayoría (más de un 90 por ciento de los socios) hace un año y ocho meses «se mantiene la normalidad institucional, la junta directiva nombra nuevo presidente hasta que se agote el plazo en el 2008».
El elegido es Fernando Martín Alvárez, miembro de la junta directiva desde el primer triunfo electoral de Florentino Pérez y que prolonga un proyecto y unas ideas de las que no se arrepiente.
«Deseo toda la suerte a Fernando Martín para afrontar este nuevo desafío. Es un hombre capaz. Es bastante inteligente para saber cual es nuestro problema y lo va a hacer bien. Me siento orgulloso porque es la continuidad de una tarea que comenzamos en el 2000».
Durante su mandato Florentino Pérez se ha sentido orgulloso de fichar a jugadores como Luis Figo, Zinedine Zidane, David Beckham y en el momento de su adiós, no se arrepiente de haber inculcado una filosofía bautizada como de «zidanes y pavones», la mezcla entre estrellas y cantera.
«Los dos pilares básicos del club son los grandes jugadores y los procedentes de la cantera. Es nuestra identidad, el modelo correcto. Estamos satisfechos de lo que hemos hecho tras poner al Real Madrid en el lugar que le corresponde en el mundo. El proyecto deportivo seguirá aunque necesita una reestructuración y es más fácil que lo haga alguien que no ha sido protagonista estos años», admitió.
«No puedo arrepentirme de disfrutar de los mejores jugadores del mundo juntos en el Real Madrid. Figo, Zidane o Beckham formaban parte de nuestro proyecto estratégico pero soy culpable de no transmitir una responsabilidad distinta. Les confundí al decir que son los mejores pero no les responsabilizo porque son nuestro mejor activo. Hay excelentes jugadores, un buen entrenador y yo soy un tapón que es necesario quitar», confesó.