César Toldrá|ALBACETE
La selección española mostró ayer ante Rusia (0-0) una notable falta de gol a poco más de su debut en el Mundial de Alemania, en un partido en el que al equipo de Luis Aragonés le sirvió muy poco su mayor dominio territorial ante un rival al que fue incapaz de desarbolar en defensa, salvo en contadísimas ocasiones.
Si en la primera parte España gozó de algunas, aunque escasas, opciones para haber batido la meta rival, en la segunda mitad del partido la carencia de recursos ofensivos se acentuó de forma alarmante hasta el punto de no haber rematado entre los tres palos.
De entrada, Luis Aragonés se decantó por un centro del campo con el talento del joven Cesc Fábregas y el poderío de Marcos Senna y David Albelda a su lado, con la intención de apoderarse de la zona de creación y maniatar a sus pares rusos en esa zona.
Enfrente el equipo español se encontró un rival que a falta de un gran talento ofrecía orden, principalmente en su línea más retrasada, que se mostraba muy pendiente de la rapidez de Fernando Torres, David Villa y Luis García.
Fue precisamente el del Liverpool inglés el que dispuso de la primera opción clara de gol, si bien su lanzamiento, a los 13 minutos y tras una buena incursión en el área rusa, fue repelido por Akinfeev con una gran intervención.
A partir de ese momento, España se fue soltando. A pesar de algún tímido acercamiento del equipo de Alexander Borodiuk al área Iker Casillas, el equipo de Luis Aragonés se hizo con el control del partido. Un pase medido del hispano brasileño Marcos Senna propició una veloz internada de Fernando Torres, pero su disparo salió ajustado al poste.
Hasta la primera media hora de partido no se vio obligado a intervenir Casillas, aunque el portero de Real Madrid respondió con una notable intervención al repeler el cercano disparo de Anyukov.
Ante la buena ubicación defensiva del rival, España tocaba en el centro del campo y trenzaba buenas jugadas a la espera de encontrar algún resquicio por el que sorprender a la retaguardia rusa, aunque sin fortuna en los últimos metros. Además, la intensidad local decayó en los últimos minutos e incluso estuvo cerca de recibir un gol en la última acción del primer tiempo.
En el segundo tiempo, Luis revolucionó la alineación con cuatro cambios de salida, sobre todo el centro del campo, al que cambió por completo su fisonomía, ya que quitó a Albelda, Senna, Cesc y Luis García para dar entrada a Xabi Alonso, Xavi, Iniesta y Raúl.
La retirada a los 61 minutos de Villa, que fue sustituido por Reyes, supuso que Raúl, que desde el descanso había jugado entre líneas, adelantase su posición en el campo y actuase en ataque como compañero de Torres. A España le costó meterse en el partido de nuevo. A veinte minutos del final Luis cambió de sistema, y, coincidiendo con la entrada al campo del bético Joaquín, redujo a tres jugadores la línea defensiva, pero, aunque se apoderó del balón otra vez, no pudo descomponer al organizado equipo ruso.