Con el mismo once y unas toneladas más de presión, la selección española protagoniza esta noche su segundo capítulo del Mundial. Será ante Túnez, en el encuentro que cerrará la undécima jornada del torneo. Luis confía en los once que deslumbraron ante Ucrania y no borrará ni un nombre. Ni siquiera las charla-bronca con Raúl del pasado sábado enturbia los planes del seleccionador.
El arranque del pasado miércoles ha provocado una euforia desmedida. La Roja tiene en su mano certificar ya su pase a octavos y pensar en el cruce. Sobre el papel, las Àguilas de Cartago se antojan más asequibles que Ucrania. Con ese viento de cara, España no quiere esperar al compromiso del próximo viernes ante Arabia Saudí para convertirse en la octava selección clasificada, refrescar a los titulares y preparar ya la cita en la siguiente ronda ante Corea del Sur, Suiza o... ¡Francia!, que con el empate de ayer flirtea con su segundo fracaso.
Quiere sacar ya el billete y confirmar que la exhibición frente a Ucrania no fue un espejismo.
Con los Xavis repartiendo caramelos, el tridente de arriba apretando y Puyol sellando fronteras en la retaguardia, Luis dispone de un cóctel explosivo, una mezcla de juventud y experiencia que en su estreno provocó una catarata de elogios. Túnez ya está avisada. Se espera que el grupo del francés Roger Lemerre teja un telaraña para complicar la fluidez del juego español. Sobre todo de Xavi Hernández, el pulmón del equipo nacional. Apostar hoy por España no es un buen negocio. Es superior en todas las líneas y debe ganar. Claro que también Brasil iba a golear en cada partido...