ARGENTINA: Abbondanzieri(H), Coloccini(HH), Ayala(HH), Heinze(HH), Sorín(HH), Maxi Rodríguez(HH), Mascherano(HH), Lucho González(HH), Riquelme(HH), Tevez(HH) y Crespo(HH).
Cambios: Leo Franco (H) por Abbondanzieri, Cambiasso (-) por Riquelme y Cruz (-) por Crespo.
ALEMANIA: Lehmann (H) Friedrich (HH), Mertesacker(HH), Metzelder(HH), Lahm (H), Schneider(H), Ballack(HH), Frings(HH), Schweinsteiger(H), Klose(HH) y Podolski(H).
Cambios: Odonkor (H) por Schneider, Borowski (H) por Schweinsteiger y Neuville (H)por Klose.
Àrbitro: Lubos Michel (SVK). Amonestados: Podolski, Sorín, Mascherano, Maxi Rodríguez, Odonkor,
Goles:
0-1. Minuto 48, Ayala.
1-1. Minuto 80, Klose.
Enrique Escande|BERLIN
Alemania mostró su título de propiedad del Mundial 2006, venció a Argentina en los penaltis (4-2) con dos paradas de Jens Lehmann tras un empate a uno en 120 de juego y se clasificó semifinalista.
La selección de Alemania sudó a gota gorda para mantenerse vivo en su Mundial, frente a un equipo que presentó lucha en todo momento, que estuvo arriba en el marcador entre los 48 y los 80 minutos y que mantuvo posibilidades de ganar hasta el final de un encuentro de alto voltaje futbolístico y emocional.
Argentina no se había llevado nunca una alegría del Olímpico de Berlín, en el que perdió las únicas tres veces en que jugó, una en 1979 y dos en 1988. Y otra vez la tristeza, la mayor de las cuatro, les queda como recuerdo de un sitio inexpugnable. Tras poner en práctica ambos equipos algunos recursos para imponer respeto y marcar terreno, el partido comenzó a jugarse cerca de las áreas a los 15 minutos, cuando Ballack remató de cabeza apenas desviado tras superar en el salto a Coloccini, y a los 17 Mertesacker remató sin dirección con un fuerte derechazo.
La respuesta argentina no se hizo esperar con una jugada de lujo del movedizo Tevez, que hizo pasar el balón entre las piernas de un rival, y dos aproximaciones de Sorín a la meta de Lehmann. Hasta ahí ocurrió lo más picante de la primera parte. Después, poco y nada en las cercanías de los palos.
La formación de Jürgen Klinsmann intentaba ser práctica y alcanzar las posiciones de Klose y Podolski con un juego vertical, con escasa profundidad, sin demasiadas ideas y, en consecuencia, sin réditos.
Argentina tocaba el balón hacia los costados y lo hacía circular en busca de los espacios que pudiera aprovechar Tevez, marcado generalmente por dos defensas locales y desconectado de Crespo.
Pero los albicelestes habían comenzado a hacer su trabajo: imponer el ritmo de juego, regularlo, dejar que Juan Román Riquelme ordenara la estrategia y hacerse del balón. El rival, igualmente, no abandonaba sus posiciones no hacía intentos para ensayar algo que no estuviera en los libros.
A los 48 minutos, y a la salida de un córner lanzado por Riquelme, el defensa Ayala sacó ventajas sobre Klose en el salto y con un cabezazo frontal abrió el marcador. El jugador del Valencia, comenzó la celebración, miró a Román, lo señaló y le dijo: «el gol es tuyo, tuyo». Un tributo al que todos los jugadores argentinos reconocen como su conductor en la cancha.