Las eliminaciones sufridas por Barcelona y Real Madrid en la Liga de Campeones a manos de Liverpool y Bayern de Múnich, respectivamente, han aumentado la tensión del clásico de esta noche, obligados ambos equipos a sacar un resultado positivo para no entrar en un bache. Aunque en la capital madrileña las urgencias parecen mayores, todo el mundo admite en el Camp Nou que un tropiezo ante el eterno rival aumentaría la presión sobre la plantilla azulgrana, agitada por la ausencia de Motta del penúltimo entrenamiento y las críticas de Eidur Gudjohnsen a la falta de sacrificio del equipo.
Los jugadores y el técnico Frank Rijkaard se han aferrado tras despedirse de Europa a sus opciones de conquistar la Liga española y la Copa del Rey, pero el primero de estos objetivos se complicaría en caso de derrota en el clásico.
Los barcelonistas le brindarían al líder, el Sevilla, una ocasión de oro para aumentar distancias al frente de la clasificación y, además, cederían terreno respecto a los inmediatos perseguidores.
Además, el Real Madrid recuperaría el aliento tras unas semanas muy complicadas y lo haría gracias al 'favor' de su eterno rival en España.
Ante esta presión, el brasileño Ronaldo de Assis 'Ronaldinho' ha sido incluido en la lista, pese a las molestias en los isquiotibiales que le habían mantenido como duda tras el partido del pasado martes en Liverpool.
La incógnita será si Rijkaard alinea en punta a Samuel Eto'o, como hizo el martes, o le cede el puesto al islandés Eidur Gudjohnsen, autor del gol azulgrana en Anfield, a la espera de que el camerunés mejore su puesta a punto tras una larga lesión.
Después de experimentar con su sistema de juego frente al Zaragoza, Sevilla y Liverpool, Rijkaard recuperará a buen seguro su habitual 4-3-3, presumiblemente con Oleguer, Puyol, Thuram y Sylvinho en el eje defensivo y la duda de Iniesta o Xavi como acompañantes de Deco y Márquez.
Mientras, el Real Madrid más necesitado de los últimos años llega al Camp Nou con la imperiosa necesidad de puntuar para agarrarse con fuerza a las opciones de luchar por la única competición en la que se mantiene con vida, consciente de que una derrota le encaminaría a su cuarto año consecutivo son títulos.
Tocado tras la eliminación de Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich. Arrepentido de su planteamiento defensivo. Pendiente de una decisión definitiva de Ramón Calderón y su junta. Poniendo su cargo a disposición de los dirigentes. Es la forma de la que encara Fabio Capello el clásico, mandando también un mensaje de precariedad en lo deportivo.
«Jugaremos con lo que tengo. Estamos justitos«, afirmó el técnico madridista cuando debía explicar el planteamiento táctico con el que jugará su equipo ante el Barcelona. Aunque es cierto que las bajas condicionan a Capello. No podrá contar con Cannavaro, Roberto Carlos, Cicinho, Beckham y Reyes por lesión.
El clima de pesimismo que reina en el madridismo no es mejorado por los datos históricos. En las últimas dos décadas el Real Madrid sólo ha obtenido un triunfo en Liga en casa del eterno rival, en la temporada 2003-04 (1-2).