Gustavo L. Sirvent
Los aficionados del Eivissa habían levantado ayer con la esperanza de cantar el alirón de campeón de liga, pero el empate ante el Mallorca B provocó que haya que esperar una semana más. Sa Pobla puede ser el destino idóneo para festejar un título que se está haciendo de rogar durante quince largos años.
Eso sí, el fortín de Can Misses continúa inexpugnable y nadie, ni el propio filial bermellón, ha conseguido derribarlo. Aún así, el plantel que entrena Jaume Bauzà estuvo a punto de tirarlo abajo durante los veintinueve minutos que estuvo por delante en el marcador, pero nuevamente epanzer Manel sacó su arsenal cuando más duele, en el minuto 90.
Hubo emoción, buen fútbol y dominio alterno. El técnico del grupo ibicenco, Luis Elcacho, apostó por un sistema 4-2-3-1 guardándose el as en la manga. Quería cansar a los defensas mallorquinistas para dar entrada a Manel en la segunda parte y éste apuntillara. Y así fue.
Los primeros veinticinco minutos fueron para el once pitiuso con llegadas por la izquierda. Quique realizó su mejor partido vistiendo la elástica rojilla y se animó a subir por ese carril. Prueba de ello fue la primera ocasión desperdiciada por el Eivissa. El tarraconense se marchó de todo el que le salió al paso, llegó hasta la línea de córner y puso un peligroso pase de la muerte que ni Peña ni Rial acertaron a rematar.
La tensión y el estudio al rival provocaban que no hubiera casi ocasiones y el juego se desarrollara en la parcela ancha del terreno de juego. Rubén Soler probó fortuna en el 24 con un disparo lejano que despejó el meta Andrés y ahí se acabaría la pólvora local en el primer acto. La mejor ocasión visitante en este periodo la tuvo Marcos. Una jugada iniciada por Luis tuvo marchamo de gol. Su pase en profundidad para Noceras desequilibró a la defensa deportivista; éste puso un centro medido a Marcos que remató, pero se encontró con un inspiradísimo José Antonio, que desvió a córner.
Habría que esperar a la segunda mitad para que el peligro rondara las áreas, sobre todo con la entrada al campo de Manel. A los diez minutos de la reanudación el ariete de Sabadell dio el primer aviso. Una falta botada por Xavi Gràcia la remató de cabeza y Andrés, de paradón, desvió a córner.
El jarro de agua fría llegó en el 70. Dani, el mejor del Mallorca B ayer, ejecutó de forma magistral un libre directo al que no pudo llegar José Antonio. Quedaba tiempo para la remontada.