Gustavo L. Sirvent
El recorrido del Gasifred hasta la División de Plata del fútbol nacional ha sido largo y puede tener un trágico final de película. Tras veintiséis años de lucha, el club de fútbol sala más representativo de las Pitiüses parece tener las horas contadas. Lejos queda ya aquel 7 de mayo de 2005 en el que la victoria de los hombres de Jandro ante el Escola Pía les aupó al segundo escalón de este deporte en España. El hecho de no contar con patrocinador para la próxima temporada puede abocarle a la desaparición. Desde 2003, la entidad que preside José Ferrer contó con la colaboración de Bodegas Arzuaga, pero el dueño de esta empresa, Florentino Arzuaga, ha decidido acabar su relación comercial con el equipo pitiuso, que ahora queda a la deriva.
El próximo miércoles 20 de junio se cumple el plazo para que el Gasifred presente un aval de 30.000 euros en la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) en concepto de cuota de inscripción y, al no tener claro con qué presupuesto contará para el ejercicio 2007-2008, no presentará esa cantidad.
La directiva no se ha planteado la posibilidad de perder la categoría y bajar a Primera Nacional A, ya que las ayudas institucionales serían nimias respecto a lo que percibirían si estuvieran en Plata. Hacen falta unos 360.000 euros para poder confeccionar una plantilla con un solo objetivo: mantener la categoría, pero el tiempo vuela y cada día que se pierde es vital para la supervivencia del club, que agoniza en la UCI de la desesperación y con el encefalograma plano.
Muy lejos queda ya la creación de aquel Gasifred Ciudad de Ibiza en 1981, cuando en Eivissa no habían ni delegaciones ni competiciones oficiales. Jugó en la FIFUSA durante los años 90 y esa gloriosa etapa la cerró con varios títulos de España y una presencia en la Copa de Europa. Primera B y Primera A fueron dos trámites para el conjunto ibicenco hasta alcanzar la categoría que están a punto de perder si no aparece un empresario dispuesto a apoyar a este club.