avier García|GOTENBA (JAPÓN)
Fernando Alonso (McLaren-Mercedes) tuvo la lluvia que pedía el sábado, mientras que su compañero de equipo ha tenido la suerte, ha logrado la victoria en el Gran Premio de Japón y ya está en condiciones de sentenciar el Mundial de pilotos la próxima semana en China.
La carrera nunca ha sido favorable a Fernando Alonso. La salida neutralizada tras el coche de seguridad le privaba ya de la posibilidad de poder superar a Hamilton al final de la recta. El coche se mantenía durante 19 de las 67 vueltas previstas y eso hacía que cuando se liberaba la carrera apenas sí le quedaba tiempo de conseguir ventaja sobre sus seguidores.
Cuando salió de repostar, era la única vez que lo iba a hacer, lo hizo detrás de los Renault de Giancarlo Fisichella y Heikki Kovalainen, del BMW de Robert Kubica y del RBR Renault de David Coulthard, todos ellos muy malos compañero de viaje, tiendo en cuenta que Hamilton, que se detuvo un vuelta después, salió por delante de ellos.
Problemas
A partir de ese momento la carrera se había complicado horriblemente para Fernando Alonso y más se iba a complicar cuando en la vuelta 34 el alemán Sebastian Vettel (Toro Rosso-Ferrari), que había llegado a liderar la prueba, le embestía al final de la recta de meta y le destrozaba la parte trasera de la carrocería. En esa misma vuelta la suerte iba a jugar una vez más a favor de Lewis Hamilton. Robert Kubica intentaba adelantar al británico y se lo llevó por delante, ambos coches dieron un trompo, pero pudieron seguir la carrera sin sufrir el mas mínimo daño en sus coches. Al pasar por uno de los pequeños riachuelos que se habían formado en la pista a causa de la incesante lluvia, a veces torrencial, las ruedas del McLaren-Mercedes de Alonso hacían 'aquaplanning', perdía el control del coche, se golpeaba con el muro de protección del lado derecho de la pista y terminaba en medio del trazado.
Fernando Alonso abandonaba el coche por su propio pie, muchas de las esperanzas de lograr su tercer título mundial, y el director de carrera tenía que neutralizar la carrera para retirar el coche y limpiar la pista. A partir de ese momento Hamilton se limitó a mantener una ventaja suficiente sobre sus seguidores y cruzar la línea de meta como vencedor por cuarta vez en la temporada y con la posibilidad de culminar su sueño de campeón del mundo en China.
Tras él terminaba el finlandés Heikki Kovalainen (Renault) que lograba en las últimas vueltas contener los saltos de su compatriota Kimi Raikkonen, en una jornada negra para Ferrari, a pesar de haber llegado al podio.
Los dos Ferrari iniciaban la carrera con neumáticos intermedios y eso propició la primera salida de pista, de las numerosas que ha tenido, del brasileño Felipe Massa cuando iba tras el coche de seguridad, y como además recuperó su posición, algo que no podía hacer, fue sancionado con un paso por la calle de garajes.
Massa y Raikkonen se detenían en la segunda y tercera vuelta a montar neumáticos para lluvia extrema y quedaban en cola de pelotón. Luego, antes de que se retirara el coche de seguridad, volvían a detenerse para repostar y no volverlo a hacer ya en el resto de la carrera, aunque en esta operación, como ya ocupaban los últimos puestos, no les penalizó mucho.
Las salidas de pista de Raikkonen y sobre todo de Massa fueron abundantes, pero poco a poco fueron remontando puestos y al final, cuando el brasileño era tercero y el finlandés cuarto, a nueve vueltas del final, como están prohibidas las órdenes de equipo, Massa tuvo que detenerse a cambiar neumáticos y repostar para permitir que Raikkonen subiera al podio y mantuviera unas posibilidades mínimas de lograr un título, que cada vez está más cerca de Hamilton. Y es que el británico dio un paso de gigante en el circuito del monte Fuji para hacer historia en su primera temporada dentro del Mundial de Fórmula Uno, que se aleja para el asturiano, que ha encontrado en su compañero de equipo a su sucesor en el palmarés del Campeonato del Mundo.