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Motociclismo

Rocky Lorenzo

Jorge Lorenzo realizó su primera incursión a los diez años en la Copa Aprilia

Tras dos temporadas difíciles, Yamaha ha optado por abrir las puertas del box y dejar entrar aire fresco. La estructura oficial en el Mundial de MotoGP de la marca japonesa, liderada por Davide Brivio, prepara el terreno de cara a la salida de Valentino Rossi y la llegada de Jorge Lorenzo está llamada a convertirse en un revulsivo para la marca de los tres diapasones. En plena guerra de los neumáticos, el factoría perfila algunos ajustes que van a dotar de mayor fortaleza a la máquina que tendrá al mallorquín a sus mandos durante las dos próximas campañas.

En los tests realizados semanas atrás en Motegi, el trabajo con el chasis fue el centro de atención, buscándose una combinación entre agilidad y dureza en la que se han concentrado los esfuerzos. De la misma manera que en el motor, que se pondrá a prueba, al igual que las innovaciones del chasis, en los entrenamientos que se celebrarán los días 6 y 7 de noviembre (48 horas después del final de la temporada 2007) en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste.

La M1 ofrece un motor de cuatro tiempos, con cuatro cilindros en línea a 75 grados y 16 válvulas. El chasis, de doble viga de aluminio, ha contado con la innovación este año de la inclinación de los cilindros hacia delante, con la finalidad de cargar mayor peso en aquella rueda. La Yamaha oficial no ha sido la moto más potente, pero sí ha destacado por ser la más equilibrada y fácil de llevar, algo que se convierte en anécdota si se tiene en cuenta que Valentino Rossi es el responsable de su conducción.

Capaz de alcanzar una velocidad superior a los 320 kilómetros por hora, posee un cubicaje de 800 centímetros cúbicos y una potencia cercana a los 220 caballos. El prototipo de 2008 es un banco de pruebas, aunque la novedad más destaca en 2007 fue el estreno de un nuevo chasis que ahora requiere de una nueva adaptación. Ahora, las gomas capitalizan el debate. Rossi ha solicitado formalmente correr con Bridgestone tras fallar Michelín de manera sistemática, y el fabricante galo será el que calce al balear, si no hay grandes cambios de última hora en la planificación de un proyecto que dividirá el box en dos partes diferenciadas por los neumáticos.

El peso de la historia es también un factor que pesa en una fábrica como Yamaha, que vive un pulso directo con su máximo competidor a escala japonesa, y también dentro del marco de competición: Honda. La marca que ha elegido Jorge para dar el paso de acceder a MotoGP atesora una decena de títulos mundiales. Nombres como los de Giacomo Agostini, Eddie Lawson, Waine Rainey, John Kocisnki, Luca Cadalora, Max Biaggi o Randy Mamola han ayudado a hacer más grande una leyenda que gracias al aterrizaje de Rossi en su estructura oficial logró coronarse de nuevo campeona del mundo.

Los entrenamientos de pretemporada de noviembre en Valencia (6 y 7), Sepang (15 a 17) y Jerez (27 a 29) van a acabar de marcar las líneas a seguir en vistas a dotar de mayor solvencia a una moto con alma ganadora, pero que con el problema de los neumáticos (Michelín) ha encontrado un obstáculo añadido.

Admirador del piloto italiano Max Biaggi, el año que viene compartirá garaje y equipo con otro transalpino, Valentino Rossi.
Sin duda su relación con el piloto de Tavullia, siete veces campeón del mundo, dará mucho que hablar porque son dos hombres con mucho carácter, ambos campeones del mundo, y van a coincidir en el mismo garaje, con dos motos oficiales. Será un aliciente más para el Mundial de MotoGP. Que no pase nada.

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